El 2022 fue uno de esos años en que muchas personas estaban replanteando sus decisiones en la vida. Así que con frecuencia me llegaban personas con crisis profundas en este sentido.
Una de las frases que más escuché fue “Creo que hice todo mal. Que todo lo que decidí en mi vida hasta ahora estuvo equivocado, que ni siquiera tomé las decisiones en realidad”.
Para mi no hay nada peor que sentir que no tengo el poder sobre las decisiones que tomo, y me costó, muchísimas lágrimas de por medio, aceptar que no siempre la vida va como a mi me gustaría.
En el video de esta semana te hablo sobre esto.
Desde que tengo memoria me he preguntado sobre este tema del destino y si realmente está escrito todo o si tenemos libertad. Si te ha pasado, el video de hoy es para ti.
Si nos ponemos a buscar, vamos a encontrar a quienes afirman que todo está escrito y lo que ha de ocurrir es inevitable. Y otros que nos dirán que somos las creadoras de nuestra vida y nada ni nadie nos puede alejar de lo que sea que queramos experimentar.
¿Cuál es la verdad? No tengo ni idea. Aunque tiendo a pensar que la verdad suele encontrarse siempre en algún punto medio de cualquier extremo que los humanos inventemos.
Yo creo que en la vida tenemos la posibilidad de elegir nuestro camino y qué forma darle…
Sin embargo, hay decisiones que ya vienen tomadas, son decisiones que el alma tomó al decidir encarnar. Y en algún momento de la vida nos encontramos con esas decisiones como grandes debates internos que nos hacen sentir que seguir un rumbo u otro lo cambia todo. Pero no hay realmente opciones: es como algo dado, inevitable. Es como nacer. Cuando llega el momento nadie elegiría quedarse en el útero, no es posible, si te quedas te mueres. No es una opción aunque en apariencia sí lo sea.
De nada nos sirve luchar contra esas decisiones porque ya las tomamos antes de encarnar... como el camino de la misión de vida, a veces tener hijos o no tampoco es una elección.
Sé que estoy diciendo algo un poco controversial. En resumen lo que digo es que hay ciertas decisiones en la vida que ya las tomó el alma, y para nuestro ser encarnado es muy difícil ir “contra” esas elecciones. Es más, me da la sensación de que el precio de no seguir la corriente en esas experiencias es altísimo. Mientras escribo esto me aparecen imágenes de personas que sufren mucho dolor en sus almas, como si una parte de ellas se hubiera apagado o incluso roto.
Como la experiencia de cada alma es única y es intransferible, ese tipo de decisiones del alma no vienen preformateadas. Para algunas personas esas decisiones medulares tienen que ver con la pareja, para otras con el trabajo, para otras con su búsqueda personal y así con cualquier aspecto de la vida. Varían.
Aquí te estarás preguntando entonces ¿eso significa que no somos libres?
No es que no seamos libres, es que esas decisiones tan profundas le competen al alma, porque en esta vida el alma decide encarnar para transitar ese aprendizaje. Y eso es algo que no se negocia. Hablar de libertad o falta de ella implicaría que nos vemos como una parte separada del alma, como si el ser-ego encarnado tuviera prioridad sobre el alma que ha decidido crear esta experiencia humana. Y son una unidad. Somos una unidad con lo que llamamos alma.
Aquí no estoy siquiera incluyendo otros aspectos a los cuales se vincula el alma y que también influyen en sus decisiones. Porque quiero que se entienda lo esencial: cada una de nosotras es un alma. El cuerpo físico es solo una parte de esa alma. La mente es una parte del alma. Las emociones son una parte del alma. Entonces no hay algo como “decisiones personales” que no sean simultáneamente, “decisiones del alma”.
Cuando lo entendemos así, el conflicto desaparece. Al menos para mí, ahí se termina.
Esto es lo que me dijeron los guías al respecto un día: “Quizás el mensaje que intentamos transmitir es que debes descubrir cuáles son esas decisiones medulares en tu vida y aceptarlas. Porque en realidad no se viven como obligaciones sino más como un encuentro o un descubrimiento, es el momento sagrado en que el alma dice: "aquí estoy. Esta soy yo" y te reconoces en ella”.
En el proceso habrá dudas. Es inevitable. Tienes que dudar si estás haciendo la elección correcta porque no eres un títere, eres una persona. Porque algunas de esas decisiones te sacarán de tu zona de confort y otras te llevarán a atravesar oscuros túneles. Pero las dudas son parte del proceso. El único problema es que nos alejemos de la intención del alma, que nos quedemos con los miedos, que elijamos el camino que empequeñece. Porque ahí el alma se aleja y empieza a sentirse desconcertada, como si hubiera perdido el rumbo.
Espero que puedas leer estas palabras desde el corazón y que resuenen en el mensaje que tienen para ti, como la única y maravillosa alma que eres.