Un Hilo Invisible ~ Vive espiritualmente todos tus días

  • Servicios Gratuitos
    • Plan de Meditación de un Mes
    • CheckList Sintoniza Tu Propósito
    • Taller: El Autoengaño Terapéutico
    • Tu Etapa Actual en tu Proceso Personal
  • INICIO
  • Nosotras
  • Armonización Energética
  • Lectura de Registros Akashicos
  • Constelaciones Cuánticas
  • Tarot Evolutivo
  • Blog
  • Contacto

marzo 21, 2019 By sindamel

La Culpa del Ocio

¿Vieron esos momentos donde no querés hacer nada? Quizás leer o mirar una película, o boludear con el celu en las redes sin pensar en nada.

¿Y vieron esos momentos donde estas haciendo nada o ya hiciste nada y te asalta la culpa de la improductividad? Bueno, eso.

Cómo nos cuesta el ocio ¿verdad? Tenemos incrustada esa idea de que “tenemos que estar haciendo algo”. Sobre todo cuando somos SAHM (stay at home mom) y según la sociedad la tenemos fácil. Si estamos todo el día en casa. Si no tenemos que ir a trabajar. No tenemos que lidiar con el transporte, el jefe y las fechas límite. Claro. Ser una SAHM es un paseo por el parque, en un día soleado, sin mosquitos. JA!!

Entonces cuesta. Admitir que estamos desgastadas cuesta. Si amamos a nuestros hijos, ¿como vamos a estar cansadas de cuidarlos? ¿Como vamos a estar cansadas de cocinar, limpiar, lavar, ordenar, curar rodillas, soplar mocos, limpiar cacas, separar peleas, abrazar llantos, sosegar gritos, y todo lo innombrable e invisible que conlleva criar humanitos? Si todo eso es amor!! Bueno, no. Eso no es amor. Es trabajo no remunerado. Que lo hacemos por y con amor, pero eso es otro tema.

Yo hace un tiempo me propuse intentar resignificar el ocio. Darme lugar a no tener ganas de hacer nada. A tomarme un feriado. A dejar que la ropa quede sin guardar unos días o los platos sin lavar hasta la noche. No sentirme mal si los dejo mirar los dibujitos o jugar jueguitos para que me dejen hacer nada. Pero además, darme permiso de perderme un poco. De mirar tele, de scrolear instagram, de no darle mi atención a nada, ni pensar siquiera  al menos podria hacer un poco de yoga. No. Nada. Darle espacio a la nada, a veces, un rato; sin sentirme mal durante ni después.

Y lo que me ha pasado, es que esos momentos de nada, a veces (y si no, no importa) terminan siendo reveladores. Se me ocurre una idea para escribir. O resuelvo sin querer un problema en el que ni siquiera estaba pensando. O simplemente me río, me despejo, me reincorporo como si hubieran sido unas mini vacaciones. Porque lo son. Para nuestra mente. Y el cansancio mental, el desgaste mental que tenemos las SAHM es enorme.

De mas joven, antes de tener hijos, trabajaba fuera y estudiaba una carrera (varias carreras, ningún titulo). Me levantaba a las 7 am. Pasaba el día fuera de mi casa, 8/9 hs en el trabajo y el resto en la facultad, donde cursaba hasta las 22 o 23hs. Los días que no cursaba tenia que leer, resumir y estudiar. Así y todo, estaba menos cansada, menos agotada y menos desgastada que ahora. Claro, mi trabajo ahora tiene la cualidad de ser de vida o muerte. Y de no tener horario de finalización. Ni fines de semana. Ni feriados. Ni siquiera hora de almuerzo.

Validemos necesitar el descanso. Validemos necesitar no hacer nada. Validemos escucharnos sin culpas. Y abracemos el espacio seguro que podamos crear para nosotras mismas.

Un abrazo

Emme

Difícil hacer un párrafo contando quien soy. 35 años y aun no lo tengo muy claro.

Soy una mujer, madre de 2 niños, y una niña. Escribo desde que tengo memoria, me resulta una forma más natural para mí de expresarme.

Vengo transitando desde hace varios años un camino de crecimiento que me hizo hacer varios cambios en mi vida. Y siempre tuve ganas de compartir mis experiencias, creyendo que de esa manera podría hacer sentir menos solas a personas que pasaran por cosas similares. Bueno, ahora me estoy animando.
Creo que esa es mi misión en este mundo, el acompañar. El escuchar. De alguna manera siento que escribiendo estoy haciendo eso a aquellos que pasan por lo mismo pero no tienen a quien contárselo. Bueno, yo en algún nivel te he escuchado y en mis palabras está la prueba. Así como yo escribo, te incentivo a que me escribas. Yo estoy acá: emmelunar@gmail.com

Su blog AcÁ

Seguila en Facebook

Archivado en:La Columna de Emme Etiquetado con:culpa, felicidad, maternidad

marzo 7, 2019 By sindamel

Guerra de mamás

Cuando comencé a investigar las teorías de la crianza con apego, respetuosa, la disciplina positiva, y demás, me volví un poco fundamentalista. De la lactancia materna exclusiva, el colecho, el porteo, los pañales de tela, el parto humanizado…en fin.

Mi hijo había nacido por cesárea no necesaria, por desinformación mía, y no me perdonaba. Me sentía que ya de entrada había fallado. Ya no le había dado el mejor nacimiento posible. Después de eso, le dimos 20 mil vacunas sin leer un prospecto, intentamos a los 3 meses que durmiera en su cuna, y un montón de horrores más. Lo único que rescataba es que, si bien aun no conocía el porteo, J vivía a upa. Literalmente. Hasta el intento de la cuna hasta dormía arriba mío.

Cuando quedé embarazada de A, me prometí hacer todo bien. Así que me atendí con parteras, planifique un parto en casa, respetado, íntimo, en familia. Compre fulares, bandoleras, pañales de tela hermosos, modificamos la cuna para hacerla colecho…todo el pack.

Bueno, como era de esperarse, A tenia sus propios planes y después de más de 3 días con un trabajo de parto extenuante pero improductivo, terminamos yendo a la clínica por una cesárea. Si bien mucho mas respetuosa que la primera, una cesárea al fin.

En esa época yo participaba de un grupo de mujeres que buscaban o habían tenido un parto vaginal después de una o más cesáreas. Y después de que nació A viví en carne propia algo que venia viendo con otras mujeres: el ataque.

En este grupo, si no habías podido parir, era porque no lo habías querido lo suficiente. Era tus miedos, tus trabas, tus temas mal resueltos. Era tu culpa, básicamente. Le decían a mujeres puérperas, que acababan de dar a luz, que lo habían echo mal.

Y ahí empecé a ver un patrón. En todos los grupos pasaba lo mismo. Todos eran espacios respetuosos siempre y cuando estuvieras de acuerdo en lo que se postulaba. Entonces si decías que dabas la teta, las que daban mamadera te respondían que no las acuses de ser menos madre. Si colechabas ibas a asfixiar a tu hije mientras dormías, pero si no lo hacías eras una desamorada que lo dejaba llorar traumándolo de por vida. Si porteabas, las madres que seguían el movimiento libre pickleriano te acusaban básicamente de estar atrofiando a tu hije, y viceversa, si lo dejabas en el piso eras una fría que no sostenía en brazos a su bebe en el momento que mas lo necesitaba…y así con todo.

Recién hoy, seis años después, con otro hijo mas a cuestas, empiezo a notar que estos espacios se van diluyendo, se van transformando con las consignas feministas de sororidad y aceptación del otre, del diferente a mí.

Las “guerras de mamis” fueron un reflejo de cómo las mujeres estábamos acostumbradas a tratarnos entre nosotras, y lamentablemente aún siguen existiendo aunque son menos las voces que  las apañan.

Como mujeres y como madres nos debemos y les debemos a nuestros niñes aprender a respetar, y sobre todo, aprender a amar por sobre las diferencias. Una no necesita estar de acuerdo con todo, podes tener muy claras tus ideas, pero eso no hace que la madre que elige otra cosa sea un monstruo desamorado. Quién te dice, si compartís un café o un mate, hasta terminan siendo amigas.

Hagamos tribu, siempre. Con el corazón y los brazos abiertos, y los ojos cerrados.

Un abrazo

Emme

Difícil hacer un párrafo contando quien soy. 35 años y todavía no tengo muy claro.

Soy una mujer, madre de 2 niños, y una niña. Escribiendo desde que tengo memoria, resulta en una forma más natural para expresarme.

Vengo transitando desde hace varios años un camino de crecimiento que hizo varios cambios en mi vida. Y siempre tuve ganas de compartir mis experiencias, creyendo que de esa manera podríamos hacer sentir menos a personas que pasaran por cosas similares. Bueno, ahora me estoy animando.
Creo que esa es mi misión en este mundo, el acompañar. El escuchar De alguna manera siento que escribo que estoy haciendo eso a aquellos que pasan por lo mismo pero no tienen a quien contárselo. Bueno, yo en algún nivel te escuché y en mis palabras está la prueba. Así como yo escribo, te incentivo a que me escribas. Yo estoy acá: emmelunar@gmail.com

Su blog acá

Seguila en  Facebook

Archivado en:La Columna de Emme Etiquetado con:conciencia, maternidad, sororidad, unidad

febrero 21, 2019 By sindamel

Porque soy tu mamá…

En nuestra casa una razón valida para un si o un no es “porque soy tu mamá/papá y yo lo digo”.
Muchos fundamentalistas de la crianza respetuosa y la disciplina positiva me van a querer revolear con algo por la cabeza. Y yo hace varios años también. Esto es algo que fui aprendiendo con el tiempo.
Al principio, cuando nació J, éramos del team “te explico todo 20 mil veces hasta lograr que vos lo hagas convencido o que yo quiera pegarme un tiro”. Bueno, déjenme decirles que no funciono. Le hablábamos a un bebé de 12 o 18 meses como si tuviera 10 años. Tratando de explicarle el porque de todo lo que decíamos. De que no se sintiera “mandoneado” porque respetábamos su humanidad. Todo así en teoría suena hermoso. Pero en la realidad es otra cosa. En la realidad un bebé de 12 meses no entiende porque no puede saltar arriba de la mesa. O tirarse de cabeza al piso. O cruzar la calle corriendo. O tomarse el shampoo a la hora del baño. Así que se imaginan el agotamiento mental de estos jóvenes padres.
Unos años después, cuando nos mudamos a Córdoba, conocí una medica de familia antroposofica. Nos atendió por un tiempo y en ese tiempo, aprendimos bastante con ella.
Una de esas cosas fue que nos habilitó el cortar con tanta explicación, pero desde un lugar que no nos hizo ruido para nada. Al contrario, nos resonó mucho y por eso empezamos a utilizarlo. Nos hablo de la seguridad. De la seguridad que necesita el niño para confiar en sus padres. Y como parte de eso estaba en que tenían que confiar en que nuestra palabra era razón suficiente para poder o no poder hacer algo, por ejemplo. No desde el autoritarismo, sino desde el limite que lo abraza y contiene.
Nos hablo de la responsabilidad del adulto. De cómo, con tanta explicación, estábamos trasladando esa responsabilidad al niño, para no hacernos cargo. No solo nosotros en particular, sino toda una corriente de adultos ma/padres.
Nosotros somos los que criamos, nosotros somos los responsables. No es valido que un niño o niña decida por su vida, en aspectos que hacen a su bienestar y crecimiento. Tenemos mas experiencia que ellos en este plano, y necesitan que tomemos las riendas en muchas cosas, por eso nos eligieron.
A mi como madre me sirvió mucho esta visión. Adaptada a mi, por supuesto. La antroposofía va mas allá, y habla de que todo debe ser definido y decidido por los padres. Desde qué se pone el niño o niña, hasta que cuento se lee. Yo no soy tan extrema. Las rutinas, las comidas, los horarios, los ritmos si los marco yo. Pero dejo que ejerzan autonomía en temas de que ponerse (dentro de los limites climáticos), cuanto comer, que leer o cosas en las que me parece que es un buen ejercicio de crecimiento. Porque también los incentivo a que vayan ganando independencia y se hagan dueños de sus elecciones.
Pero la realidad, es que mientras aun sean niñes, yo sigo teniendo la ultima palabra en temas de importancia. Porque yo soy su mamá, y así lo decido.

¿Qué opinan? ¿De que manera manejan ustedes estos temas con sus hijos e hijas?

Un abrazo

Emme

Difícil hacer un párrafo contando quien soy. 35 años y todavía no tengo muy claro.

Soy una mujer, madre de 2 niños, y una niña. Escribiendo desde que tengo memoria, resulta en una forma más natural para expresarme.

Vengo transitando desde hace varios años un camino de crecimiento que hizo varios cambios en mi vida. Y siempre tuve ganas de compartir mis experiencias, creyendo que de esa manera podríamos hacer sentir menos personas que pasaran por cosas similares. Bueno, ahora me estoy animando.
Creo que esa es mi misión en este mundo, el acompañar. ¿ De qué manera? ¿Por qué? Bueno, yo soy en algún nivel te escuché y en mis palabras está la prueba. Así como yo escribo, te incentivo a que me escribas. Yo estoy acá: emmelunar@gmail.com

Su blog acá

Seguila en  Facebook

Archivado en:La Columna de Emme Etiquetado con:antroposofía, maternidad

febrero 5, 2019 By sindamel

El autoperdón maternal

¿Cuántas veces nos damos con un caño a nosotras? Somos nuestros peores jueces y verdugos.

Si lo pensamos unos minutos más, no atacaríamos a nadie de la manera que nos atacamos a nosotras mismas.

Si una amiga le grita a su hijo y la cuenta con la culpa, los decimales que no se preocupan, que no es mala madre, que es humana, que esta saturada, que puede pedirle disculpas a su hijo si lo cree necesario ... la abrazamos , física o virtualmente, la contenemos y la acompañamos.

Pero ¿si somos nosotras? Si nosotras le gritamos, maltratamos, o incluso alguna vez pegamos a nuestros hijos cuando nos quedamos sin herramientas y estalla el volcán ... ¿Cómo nos tratamos? ¿Nos contenemos? ¿Nos entendemos? ¿Nos perdonamos?

Sí, no estoy diciendo que podamos hacer lo que queramos sin sentirnos mal. No es eso. Somos concientes cuando nos equivocamos, tratamos de verlo, tratamos de remediarlo. No nos divierte quedarnos sin recursos. No nos da igual. Entonces, seamos más sororas con nosotras mismas. Mirémonos con los ojos con los que vemos a nuestra amiga, a nuestra hermana. Veamos todo el bien que hacemos, todo lo bueno que hacemos, y no nos sintamos la peor madre sobre la tierra. Démonos un poco de espacio, dejémonos respirar, calmarnos un momento, y pidamos perdón. A ellos, ya nos nosotras. Podemos equivocarnos, no somos perfectas, no vamos a estar todo el día sonrientes y felices. Y tampoco es lo lógico.

Pensar en un momento la clase de presión que se enfrenta a un hijo que se cría con una madre sin emociones negativas. Una madre que nunca se enoja, nunca grita, nunca llora ... una madre que nunca se equivoca y por que nunca se perdona ni se perdona. Suena y un robot más que una madre ¿no les parece?

Perdonémonos. Mirémonos a nosotras con los ojos llenos de amor. Y ese amor se derramará hacia nuestros hijos cada vez que los miremos.

Un abrazo

Emme

Difícil hacer un párrafo contando quien soy. 35 años y todavía no tengo muy claro.

Soy una mujer, madre de 2 niños, y una niña. Escribiendo desde que tengo memoria, resulta en una forma más natural para expresarme.

Vengo transitando desde hace varios años un camino de crecimiento que hizo varios cambios en mi vida. Y siempre tuve ganas de compartir mis experiencias, creyendo que de esa manera podríamos hacer sentir menos a personas que pasaran por cosas similares. Bueno, ahora me estoy animando.
Creo que esa es mi misión en este mundo, el acompañar. El escuchar De alguna manera siento que escribo que estoy haciendo eso a aquellos que pasan por lo mismo pero no tienen a quien contárselo. Bueno, yo en algún nivel te escuché y en mis palabras está la prueba. Así como yo escribo, te incentivo a que me escribas. Yo estoy acá: emmelunar@gmail.com

Su blog acá

Seguila en  Facebook

Archivado en:La Columna de Emme, Reflexiones Etiquetado con:individualidad, maternidad, perdón

noviembre 27, 2018 By sindamel

“No me querés”

 

Hace un tiempo, mis hijos mayores (sobre todo el mas grande) empezaron a reaccionar de esta manera: frente a un limite o algo que no les gusta responden que “no los queremos, nada de nada, ni un poquito”.

La niña suele agregar que le gustaría tener otros padres. O no tener ninguno, para poder hacer lo que quiere. El niño mayor últimamente viene agregando “soy tonto, no puedo hacer nada bien, por eso me retan”…y frases por el estilo.

Honestamente, como madre, no me afectan a mi personalmente los comentarios, estoy bien segura del amor que les tengo y de porqué en ese momento el no fue no.

Pero lo que si me hace ruido es que ellos se hostiguen con estas frases. Si tengo que ser sincera, no es algo que escuchen en casa. Siempre mantuvimos la política de demostrar o decir que nos amamos a pesar de las peleas.

Incluso nos han visto discutir a nosotros, sus padres, (y si, se que no esta bueno, pero viviendo solos y a 800km de cualquier familiar, no hay mucho espacio para la intimidad); y nos han visto abrazarnos y decirles que no se termina el amor porque uno pelee, discuta, o no se ponga de acuerdo.

También lo uso de ejemplo con ellos mismos, y les pregunto si cuando se pelean con su hermano o hermana dejan de amarlo. Por el momento no han respondido que si.
Entonces ¿de donde viene este sentimiento de “si el otro se enoja es porque yo soy inútil y lo hago enojar?”. Todavía no pude dilucidarlo.

¿Será una falta en el apego seguro? ¿Será que hubo algún momento donde su necesidad de contención no estuvo completa? ¿Será solamente una etapa? ¿Será algo ancestral que no es de ellos y están manifestando?

No lo se. Todavía no lo se.

No se si necesitan mas presencia, o menos. Si es un tema para constelar. Si simplemente es un crecimiento, donde están viendo hasta donde pueden llegar con sus palabras. Es algo de lo que me estoy ocupando pero que no tengo resuelto.

Lo que si tengo resuelto, y por el momento es de la manera que encaro este tema, es lo siguiente:

Hijo/Hija, no vas a conseguir lo que querés maltratándote para ver si yo cambio de idea. O maltratándome a mi con esas palabras. Podemos hablarlo, podemos discutirlo. Puedo explicarte porqué no, o simplemente decirte que soy tu mamá y en este momento me toca decidir lo que creo que es mejor para vos (si, en esta casa el “porque yo soy tu mamá/papá y así lo digo” es válido). Podemos ver si es posible en otro momento, o no. Si hay algo que podamos hacer ahora en lugar de eso. Pero el decir frases hirientes, contra vos o contra alguien más, no es ni será manera de cambiar lo que pasa.

Por el momento, un poco de charla y bastantes abrazos, son suficientes para calmar estos ataques. Quizás también un poco de cosquillas. Pero seguiremos trabajando, hasta que estas frases dejen de ser la manera de lidiar con lo que no sale como se desea.

 

¿Y a ustedes? ¿Les dicen “vos no me querés más”?

 

Abrazos

Emme

Su blog AcÁ

Seguila en Facebook

Archivado en:La Columna de Emme Etiquetado con:amor, espiritualidad, limites, maternidad

  • 1
  • 2
  • Página siguiente »

Un Hilo Invisible

Un Hilo Invisible

Autotest

Check list de un día optimus: 1) ME REÍ? 2) AGRADECÍ POR EL NUEVO DÍA? 3) ACEPTÉ AL MUNDO COMO ES, FLUÍ? 4) ME OBSERVÉ SIN JUICIO? 5) SENTÍ EL SOL, EL AIRE, LA TIERRA? 6) RESPETÉ LO QUE SOY? 7) DISOLVÍ ALGÚN PATRÓN EMOCIONAL O MENTAL? 7 o MÁS: Ud estuvo presente casi todo […]

DESPLEGÁ TUS DONES

El pulsar de este mensaje es un refinado espejo donde la luz de tu espíritu se refleja, para que contemples su intenso brillo en medio de la sofocante sensación de agitación y confusión que se apropia de las calles. Ese resplandor está ahí para que recuerdes tu propósito de alumbrar entre las vibraciones densas que […]

Visualización transmutadora

Te invito a hacer una visualización   En algún momento del día donde estés tranquila/o   Visualízate; Observa tu cuerpo físico, y llénalo con tus pensamientos, de las cosas que te preocupas, de lo que te da miedo, de todo lo que sientes, de las relaciones que tienes… observa todo lo que llena tu vida. […]

Privacidad y cookies: este sitio utiliza cookies. Al continuar utilizando esta web, aceptas su uso.
Para obtener más información, incluido cómo controlar las cookies, consulta aquí: Política de cookies
  • Feedback
  • Nosotras
  • Registros Akashicos
  • Regresion Guiada
  • Contacto

Copyright © 2021 · Executive Pro Theme On Genesis Framework · WordPress · Iniciar sesión