Un Hilo Invisible by Tamara Gallegos

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diciembre 26, 2018 By sindamel

La Danza de la Vida

Como ya conté, estamos acompañando a F a dormir en su cama hace un tiempito. Y de lo que quería hablar la otra vez era de ese acompañamiento.

F va y viene. Se duerme en su cama y me llama. O se pasa a la nuestra. O a veces, milagrosamente, duerme ahí hasta la mañana.

Yo no tengo un proceso estandarizado, no me resulta eso de “no dar el paso hacia atrás”. Básicamente porque yo vivo dando pasos atrás. No se, creo que no es real eso de solo avanzar ¿no? ¿Qué piensan?

En el caso de mis hijos, con el primero, con J, me costó más al principio. Era como “si ya dejó el pañal y se lo vuelvo a poner a la noche lo voy a traumar para toda la vida”. Bueno, con el tiempo aprendí que 1) traumarlos los voy a traumar igual de una manera o de otra y 2) que dar un paso (o dos, o veinte) hacia atrás la mayoría de las veces nos sirve para tomar impulso. A todos. Niños incluidos (que les juro que son personitas humanas aunque a veces no lo parezcan).

Entonces, tratemos de levantar un poco la persiana del perfeccionismo. No se, a mi me cuesta muchísimo. Imagínense, niña sobre adaptada, la que nunca daba problemas. Una vez recuerdo que estando en primer o segundo grado, la maestra me retó por hablar y me cambio de banco. Fue tal mi vergüenza, la idea de que se enteraran en mi casa lo que pasó, que quería estallar en llanto. Pero me daba tanta vergüenza llorar en público que termine fingiendo un dolor de panza y me llevaron a mi casa. Es mas, el dolor de panza ni siquiera fue mi idea. La maestra me vio la cara y me preguntó si me sentía mal, si me dolía la panza, y sólo atine a decir que si.

Esa exigencia, es tremenda. Es dañina. Es algo que nos cuesta una vida sacarnos de encima. Yo estoy muy agradecida con mi mamá y mi papá. Se que hicieron con amor lo mejor que pudieron, queriendo darnos una vida que ellos no habían tenido (perdón mamá y papá que terminamos los dos, mi hermano y yo, en cualquiera menos en sus planes). Pero lo que yo hoy deseo con toda mi alma, es poder acompañar a mis hijos desde el inicio, hacia el camino que ellos elijan. Y es difícil, porque siendo la madre soy el adulto responsable y quien tiene que cuidarlos. Entonces ¿Cómo cuidamos y acompañamos sin exigir? ¿Sin poner nuestras expectativas sobre esos hombritos? ¿Cómo saber que lo que tomen de nosotros será lo que quieran, y no lo que imponemos?

Creo que hay una sola respuesta, y es CONFIANDO. Confiando en nosotros, y en ellos. Confiando en que estamos siempre buscando como mejorar, aunque sea de a pasitos de hormiga, y que eso les va a llegar. Y confiando en que las cosas van a salir bien. Porque confiar es eso…confiar es no saber.

Y ustedes ¿Cómo manejan la expectativa? ¿Tienen alguna? ¿Cómo acompañan a crecer?

Las leo

Un abrazo

Emme

Difícil hacer un párrafo contando quien soy. 35 años y aun no lo tengo muy claro.

Soy una mujer, madre de 2 niños, y una niña. Escribo desde que tengo memoria, me resulta una forma más natural para mí de expresarme.

Vengo transitando desde hace varios años un camino de crecimiento que me hizo hacer varios cambios en mi vida. Y siempre tuve ganas de compartir mis experiencias, creyendo que de esa manera podría hacer sentir menos solas a personas que pasaran por cosas similares. Bueno, ahora me estoy animando.
Creo que esa es mi misión en este mundo, el acompañar. El escuchar. De alguna manera siento que escribiendo estoy haciendo eso a aquellos que pasan por lo mismo pero no tienen a quien contárselo. Bueno, yo en algún nivel te he escuchado y en mis palabras está la prueba. Así como yo escribo, te incentivo a que me escribas. Yo estoy acá: emmelunar@gmail.com

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Publicado en: La Columna de Emme Etiquetado como: autoestima, conciencia, confianza, Espejos

diciembre 25, 2018 By sindamel

El Proceso de Aceptación Personal

Conversando con mi hija y sus amigas, se me ocurrió preguntarles sobre que tema les interesaría leer en un Blog y una de ellas me respondió “autoaceptación”.

Lo primero que pensé es,“que importante que es crecer con este concepto y que lindo, teniendo 13/14 años, se interesen por estos temas”.

 

Como la mayaría de las veces lo que hice fue buscar la definición en el diccionario y esto es lo que encontré

 

Aceptación: Recibir voluntariamente lo que se da sin oposición / Dar entrada / Bien recibido / Viene del verbo aceptar, por lo que es una acción.

 

En el Post anterior hablamos de la autovaloración, como “des-cubrir”, es decir, sacar a la luz, lo que nos hace valiosos. Ahora, una cosa es ver y otra es aceptar. Una cosa es valorarnos y otra es aceptarnos.

 

La auto-aceptación es recibir/dar entrada, si pensas en tu regalo

¿Ya le abriste la puerta para que entre o solo pudiste verlo?

 

Muchas veces vemos algo, lo des-cubrimos y decidimos negarlo. No importan hoy las razones, decidimos no dejarlo entrar, le cerramos la puerta.

Al negarlo nos cargamos y muchas veces nos culpamos a nosotros o a otras personas, ya sea para “bien” o para “mal” y ahí nos quedamos, resistiendo y “tratando” de no ver lo que ya es evidente.

Como dice la frase “lo que resistes persiste”. No solo lo resistimos, al negarlo, “nos negamos” a nosotros mismos y si nos negamos, no nos vemos, ¿Y si no nos vemos?

 

Esto es la auto-aceptación, es mirarnos, mirar lo bueno, lo malo. Dejar de resistir, dejar entrar, ya que lo que se queda en la puerta le obstruye el paso al libre fluir de las cosas.

 

Es un proceso, no sucede de la noche a la mañana, requiere de nuestro compromiso, de acciones enfocadas en ese objetivo y del valor para ver y dejar entrar lo que vayamos descubriendo.

 

Para algunos es difícil dejar entrar lo bueno, para otros lo malo, para otros las dos cosas.

Cada persona es única y como ella hay mil caminos de llegar allá donde querés ir. Lo importante es dar ese primer paso y salir de la negación de nosotros mismos.


Pensá en las 5 personas más importantes de tu vida

¿Estás vos? Si no estás, ¿Cómo podés amar a otros y no a vos, acaso no te mereces ese amor?

 

Así como sos hoy,sos la persona más hermosa del mundo, estás en el momento perfecto, viviendo la situación perfecta, rodeada de las personas perfectas para tu evolución, y tanto vos como las personas que te rodean se merecen ser vistos.

Descubrite, déjate ver y si lo que ves no te gusta, ¡transformalo!

 

Ejercicio:

Antes de empezar pone una alarma para que suene a los 5 minutos.

¡Ahora sí!

Párate frente a un espejo y mírate, no como siempre, te invito a que esta vez te mires “de verdad”. Lo más importante de este ejercicio es que te mires con amor, viendo que hay cosas que te gustan, otras que no y que todas ellas te hacen hoy ser quién sos.

 

Mira tu cara, tu cuerpo, tu pelo, tus ojos

¿Qué ves?

Recorrete completo con tu mirada, detenete en cada cosa que te gusta yabrazala. En cada cosa que no te gusta y abrazala.

 

Cuando suene la alarma agradecete y abrázate por animarte a verte.

 

Cuando termines el ejercicio anota todo lo que se te venga a la mente en una hoja A4, mínimo una carilla. Recordá que esta es información, no olvides anotar que emociones fuiste transitando durante el ejercicio del espejo.

 

Cuando sientas que terminaste de escribir, dibújate, con todo eso que te hace único e irrepetible, decóralo como te guste, esta es tu imagen de vos mismos con todo lo bello que hoy sos.

 

 

Gracias Male por tu inspiración!

Gracias por leerme

Natalia Bruschi

Fundadora y Directora de Natalia Bruschi Coach.

Tengo 38 años y hace 8 años conocí el Coaching. Cuando descubrí este mundo tenía 30 años y me estaba haciendo un replanteo de mi vida en general. La única certeza que tenía es que quería vivir una vida plena y feliz. Fue un camino largo, difícil y a veces no tan agradable, me sentía, como muchos le llaman, subida a la montaña rusa, a veces estaba allá arriba y otras allá abajo. A veces caía con rapidez para abajo y otras veces el camino se ponía pesado, cuesta arriba.

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Publicado en: Coaching y Bienestar Etiquetado como: autoestima, confianza, creencias limitantes

noviembre 23, 2018 By sindamel

La autovaloración: nuestro regalo

Te presento hoy a Natalia Bruschi, ella es Coach y tiene ese don virginiano de mirar con lujo de detalles cada pequeño aspecto de la vida para encontrar el engranaje que está ahí funcionando de manera disonante. Así que ella afina tu sintonia encontrando el punto justo para que tu melodía vuelva a sonar con toda armonía. Ella se suma al staff de almas que colaboran en el Hilo… y para mi es un honor recibirla y bienvenirla. (yo no soy virgo así que me invento palabras). Que disfrutes su experiencia… y abajo te deja un ejercicio!


Hace unos meses, descubrí que había algo que no estaba funcionando.

Como la mayoría de las veces, me di cuenta al ver que no estaba logrando eso que tanto deseaba.Yo sabía que no era algo externo sino algo interno mío, muy mío, lo que estaba haciendo que siguiera en el mismo lugar.

 

El tema es que no sabía, no podía ver que era lo que me “sucedía” y lo que decidí hacer es seguir buscando.Un día me topé con esa respuesta y lo que descubrí fue “que no me estaba valorando”, “no me estaba reconociendo”, no lograba ver el valor de mis acciones ni ver que es lo que me hace valiosa.

 

Claro está, o no, que al verlo me sentí mal y frustrada, ya que pensé que ese tema ya estaba “superado” y ver que no era así no me gustó, pero decidí enfrentarlo.

 

Lo primero que hice cuando lo “descubrí” es buscar la definición de “valoración” y esto fue lo que encontré

 

Cualidad o conjunto de cualidades por las que una persona o cosa es apreciada o bien considerada

 

Vi que no es el otro el que no me veía valiosa, es más podríamos decir que escucho a las demás personas diciendo que cualidades ven en mí y sentir su aprecio. El tema era que yo, no estaba siendo permeable ante eso que escuchaba y lo que me estaba diciendo, una y otra vez, es “no puedo” “no soy buena” “no es el camino”

 

También me venía a la mente personas que se la “creen” y yo decía no me gusta ser así.Ahí entendí que existe un equilibrio, que no siempre tiene que ser negro o blanco, sino que podemos ver grises y que éste se forma de esos dos colores.

 

Ese fue el primer paso para poder mirar “mi valor”, eso que me hace valiosa y entendí que no por eso “lo se todo” o “soy la mejor”, sino que me muestra esas cualidades que me hacen única.

 

Así como yo, cada persona tiene cualidades que las hacen únicas, a mi me gusta llamarle “dones” o “regalos” que nos dan al venir a este mundo y que muchas veces los dejamos ahí sin abrirlos. A veces por miedo, por vergüenza, por egoísmo, sea por lo que sea, quedan ahí y el mundo se pierde de eso que tenemos para darle, para regarle, eso tan maravilloso que vive adentro nuestro.

 

Y no solo el mundo se pierde de ver ese brillo sino nosotros al no querer verlo, no dejarlo salir, lo guardamos bien adentro, nos olvidamos de que está y decidimos no brillar, no vibrar alto.

 

Siempre hay algo que nos impide buscarlo, encontrarlo, mirarlo y compartirlo. Sea lo que sea, te invito a no juzgarlo, déjalo que pase, que aparezcan esas emociones, es tuyo muy tuyo, es quien sos y está “bien” que quieras protegerlo, te entiendo.

Lo que quiero que te lleves de este post es que cuando lo compartís “se expande”, y nadie va a poder hacerle mal ni quitártelo porque es tuyo, es tu regalo, el mundo y vos se merecen verlo, conocerlo, disfrutarlo, apreciarlo y valolarlo.

 

Que te hace valios@?

Cuál es tu regalo?

Te animas a abrirlo?

 

 

Ejercicio

 

Tomate un momento para reflexionar, buscá un lugar tranquilo que nadie te moleste, pone tu cuerpo cómodo y cerrá tus ojos.

Imaginá que vas por un lugar que te gusta mucho, puede ser un parque, el mar, un río.

 

De repente aparecen dos caminos, a lo lejos, en uno de los caminos ves un cartel que dice “busca tu regalo por aquí” y decidís ir por ahí.

 

Caminas y vas viendo todo, que clima hace, si hay plantas, animales. Llenate de todo lo que vas viendo, sintiendo y pensá “este era el camino que estaba buscando, al fín lo encontré”

 

Ves a lo lejos una cabaña, decidís acércate y entrar.

Al abrir la puerta hay un nene, ¡¡sos vos!! mírate, sentite y abrázate, hace mucho que no se ven.

 

Mirás y ves que en las manos tiene un paquete, extendés las manos y lo agarrás. Te sentás y empezas a abrirlo, tiene muchas capaz de papel, está bien guardado.

 

De repente llegas a un cofre, decidís abrirlo y te encontrás con tu REGALO!

¿Cómo te sentís al verlo?

¿Qué textura tiene? ¿Qué color? ¿Qué perfume?

Sentilo es tuyo y siempre estuvo ahí, te estás reencontrando.

Miralo bien y pregúntate

¿Qué es?

 

Al terminar respira profundo tres veces y volvé a abrir los ojos.

¡Agradécete por haberte animado y elegido volver a encontrarte con tu regalo!

 

 

Te dejo un abrazo virtual y te deseo de corazón que te reencuentres con tu belleza.

Gracias por leerme

Nati

Instagram https://www.instagram.com/bruschinatalia.c/

Facebook https://www.facebook.com/BruschiNatalia/

Web www.bruschinatalia.com

 

 

Quién soy y que hago

Soy Nati, Fundadora y Directora de Natalia Bruschi Coach.

Tengo 38 años y hace 8 años conocí el Coaching.

Cuando descubrí este mundo tenía 30 años y me estaba haciendo un replanteo de mi vida en general.

La única certeza que tenía es que quería vivir una vida plena y feliz.

Fue un camino largo, difícil y a veces no tan agradable, me sentía, como muchos le llaman, subida a la montaña rusa, a veces estaba allá arriba y otras allá abajo.

A veces caía con rapidez para abajo y otras veces el camino se ponía pesado, cuesta arriba.

 

 

Publicado en: Coaching y Bienestar Etiquetado como: autoestima, confianza, creencias limitantes

noviembre 15, 2018 By sindamel

¿Qué me aportaría conocer mi Misión de Vida?

La misión de vida permanece muchas veces en la imaginación como un ideal lejano que queremos alcanzar… como una estrella distante que se erige en el cielo y que nos guía, remota, en el camino de la vida.

Sentimos muchas veces que al lograr alcanzar esa estrella lograremos, al fin encontrarnos. Pero persiste la idea ¿y si no es así?

¿Qué me aportaría conocer mi misión de vida…?

Si nunca te lo preguntaste, te invito a preguntártelo ahora. Haz tres respiraciones profundas, suaves… lentamente. Lleva tu atención a tu corazón o a tu tercer ojo. Y ahora pregunta.

¿Qué le pasó a tu cuerpo? ¿Qué pensamiento vino a tu mente? ¿Qué sentiste (alegría, tristeza, paz, ansiedad, etc)?

Esta pregunta que parece tan al azar no lo es en absoluto. Porque buscamos eso que nos aporta saber quiénes somos… y muchas veces lo buscamos en los lugares equivocados.

O nos condenamos a “no disfrutar” porque no tenemos certeza de estar haciendo las cosas “bien”.

Y ahí está la cuestión.

Es necesario que te despojes por fin de los ideales preconcebidos. Si, es perfecto tener altas expectativas de una misma. Porque podemos ser todo y más siempre que esté alineado con el propósito de nuestra alma. Pero si te vas a torturar todo el tiempo porque no logras vivir lo que esperas… así no funciona.

Tu propósito no viene con un “censor” que controla y te va puntuando si haces las cosas bien o mal y  te castiga si no estás cumpliendo tu misión.

No sabría decirte si un día alguien me lo dijo. Pero puedo decirte que en un momento de mi vida, lo que soy se desplegó ante mi. Y lo supe. Supe que quería hacer lo que hago por el resto de mi vida porque eso es lo que soy.

Incluso puedo contarte que me costó muchísimo ponerle un “nombre” concreto y definido a esa intención de mi alma que llamo “Misión de Vida”.

Lo más trascendente que me aportó conocer mi misión fue la CERTEZA.

La certeza es mágica. Tiene el efecto de atravesar una puerta que, una vez que cruzas su umbral, se cierra y no hay vuelta atrás. Y que simultáneamente, lo que aparece tras esa puerta es tan propio… que no quisieras estar en otra parte.

Es la magia de saber que este es tu lugar. Que hagas lo que hagas, se impregnará de esto. Y nada tiene que ver con tu trabajo. Puedes trabajar en una oficina pero si tu misión es sanar, y lo sabes, lo harás en cada oportunidad que se te presente…

A veces esta certeza es lo que necesitas para atreverte a vivir sus sueños, dejar atrás una vida que no es lo que deseas y dar ese salto cuántico que te llena de felicidad. (Y que con certeza nadie a tu alrededor comprenderá al inicio).

El segundo aporte fue LIBERTAD.

Yo creía que la libertad era que nadie te limite. Bueno, no. La libertad es poder elegir tu propio camino y modelarlo, según vayas transitando dicho camino.

Y te vas a encontrar con miles de límites al recorrer tu camino. Pero, son temporales o ilusorios. Cualquier límite no es más que una herramienta para que crezcas y te alinees más con eso que ya eres.

Por eso lo que en apariencia te quita libertad, en realidad te está ayudando a recordar que ya eres libre porque sabes hacia dónde vas y quién eres (o en quién te estás convirtiendo).

El tercer aporte, derivado de las dos anteriores, fue la TRANQUILIDAD.

La tranquilidad es esa cualidad, como un regalo, que te permite andar a tu propio ritmo… sin correr carreras, sin ir contra nadie… sin llegar antes o después, sólo saber que cada paso que das está dirigido hacia una misma dirección.

Te puedes relajar. Porque cuando sabes cuál es tu camino entiendes que nadie lo va a recorrer por ti y que no debes llegar primero que nadie. Simplemente estás llegando a tu destino cada día, con cada pequeña cosa que haces aunque parezca nimia.

La ilusión que encontrarás aquí es que habrá procesos largos donde sentirás que estás estancada, que no avanzas, que te encuentras en un pozo profundo. Tranquila. Todo es perfecto, incluso el sentir que todo se derrumba. Recuerda que tras un frío invierno siempre, siempre llega la primavera.

SEGURIDAD en mi misma, fue el cuarto aporte.

Siempre fui muy insegura, me costaba encontrar el momento oportuno para hablar, para dar mi opinión… siempre tenía esa sensación de que todos lo hacían mejor que yo. Y probablemente era cierto, porque me movía en un ámbito donde no tenía nada para aportar. Pero al conocer mi camino, pude compartir mis pasos de otra manera.

Muchos le llaman a esto “encontrar la propia voz” y no tengo duda de que es así. Porque cuando encuentras tu camino, encuentras tu voz interior. Y lo que tienes para decir, para transmitir y comunicar aunque no sea con palabras, está ahí presente y llega siempre a las personas que tiene que llegar.

Para lograr esta seguridad, encontré y aún encuentro muchos desafíos. Existe una cierta voz que dice “estás segura?” “no deberías hacer eso” etc. Para mi esa voz permite también crecer, sin estancarse creyendo que ya logramos todo.. porque vamos siempre cambiando. Como una planta… aunque la flor sea del mismo color siempre, cada flor tendrá su cualidad especial, nacida de la misma raíz.

Si has hecho la encuesta que te propuse para conocernos mejor, sabrás que te hice esta pregunta. Y las respuestas fueron muy interesantes.

Y las tres cuestiones principales que son las siguientes:

  • Tranquilidad
  • Fe y seguridad
  • Dirección

Va a tono con mi propia experiencia, gratamente descubrí que no somos tan distintas.

Por todo lo que te conté a mi me obsesiona que todas conozcan su misión, si es su momento de saberlo. ¿Vos conoces la tuya?

Tamara Gallegos

¿Alguna vez te has preguntado cuál es tu misión de vida?

¿Te inquieta no estar haciendo lo suficiente o desplegando todo tu potencial?

¿Cuántos de tus planes se han frustrado para luego darte cuenta que nada tenían que ver con tu esencia?

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Publicado en: Crecimiento Personal, Misión de Vida Etiquetado como: conciencia, confianza, libertad, sanación

octubre 8, 2016 By sindamel

Intenciones vs Metas

¿Te has preguntado por qué muchas veces te pones un objetivo, pero no logras finalizarlo?

¿Has pensado que tus expectativas son demasiado altas, y entonces siempre “fallas”?

¿Tus metas parecen derrumbarse? ¿Aparecen nuevas metas constantemente y no logras enfocarte?

 

Hoy quiero hablarte de un tema que para mí ha sido difícil de manejar: las metas y las intenciones.

¿Qué son las metas?

Es un objetivo, un destino que te pones. Las metas suelen incluir una fecha y un plan de acción para que llegada la fecha pautada, esa meta se haya logrado.

Yo admiro a las personas que logran ponerse metas y cumplirlas sin demoras. Si eres un poco como yo, te pones metas y luego tienes que cambiarle la fecha, o simplemente desechar ese orden y volver a comenzar.

A mi antes esto me angustiaba y mucho.

Las metas pueden tornarse algo estáticas, una exigencia que debemos cumplir y si no lo hacemos, podemos incluso llegar a medidas de autocastigo inconscientes para “reprendernos” por no cumplir los objetivos.

sorkChocarte con la mesa, golpearte de la forma más inesperada, tropezarte, son signos comunes de que estamos auto-reprendiéndonos.

 

Las metas y la frustración

Así que, te puedes convertir en una persona que no se pone metas porque “todo le sale mal” o “nunca logra lo que se propone”. ¿Te ha sucedido?

Hay muchas personas que dicen que eso es porque hay que aprender a ser flexible… y es cierto, sin embargo no es tan sencillo ser flexible. Otras personas dicen: no hay que esperar nada, expectativas cero. Para mí, sencillamente no funcionaba eso de “no tengas expectativas, se flexible que ya se darán las cosas”.  Y me costó años descubrir el por qué. Así que me frustré mucho tiempo tratando de dar lo mejor de mí, sin conseguirlo.

Hasta que descubrí el poder de la intención.

 

Las intenciones

Luego están las intenciones. Si las metas tienen esa cuota de acción y dirección bien definida, las intenciones son mucho más abstractas y sutiles. Una intención es una orientación, un destino, un pedido y a la vez, un diálogo.

La intención te permite definir “quiero ir hacia aquí” “deseo estar allí” “pido esto o aquello” (y por favor, aquí hablo genéricamente de situaciones, personas, experiencias y también cosas materiales porque da igual). Pero la intención no dice el cómo, el cuándo ni el dónde esto sucederá.

La intención es estrictamente un pedido. Es el deseo que le pedimos al genio de la lámpara, a la fuente de los deseos, es decir, al Universo.

 

¿Las intenciones son mejores?

Para nada. Las intenciones son lo que son. Un pedido. Envías la intención y ya no tienes más que hacer porque no depende de ti…

Es una parte esencial. Pero vamos a profundizar en este asunto.

 

¿Entonces hay que tener metas o intenciones?

Después de meditarlo mucho, de poner en práctica mil asuntos al respecto… te diré: ambas.

Como te dije las intenciones son un pedido… y las metas son lo concreto. Lograr articular ambas es un desafío, pero también es lo que permite que la vida fluya en un diálogo perfecto entre este plano y algo más sutil.

Es por esto que digo que las intenciones son un diálogo con el universo. Con tu intención le dices al universo lo que quieres… y ya no puedes hacer mucho más, hasta que sea el momento adecuado.

Entonces entran en juego las metas concretas. Tu pones tu intención, por ejemplo viajar a un lugar, pero debes dejar que esa intención tome cuerpo, forma, que tus circunstancias se movilicen hacia la concreción de esa intención. No debes hacer nada… solo sostenerte en tu intención.

Si hoy dices “quiero viajar a España” y mañana dices “mejor, quiero viajar a Australia” y pasado mañana “viajaré a la India” tu intención será fluctuante… y tardará más en concretarse. Si te mantienes en “Quiero viajar a España” o mejor, “Viajaré a España”. Aparecerá la oportunidad de hacerlo… quizás pasen años, pero la oportunidad aparecerá. Y si estás consciente que enviaste esa intención, sabrás también que aparecerá la oportunidad en el momento adecuado. Aunque hayas hecho otros planes. Ahí es donde tu decides. Pero supongamos que aparece la oportunidad de viajar, esa es la respuesta del Universo a tu intención… es el “SI” cósmico.

Entonces, cuando la oportunidad surge, vuelves a tener el poder… y entran en juego las metas. Debes definir cuándo viajarás. Comprar el pasaje. Hacer el equipaje. Ponerte en acción en pocas palabras.

¿Evidente? No tanto. Quizás cuando la situación es un viaje si… pero si hablamos de buscar y encontrar pareja… ¿te resulta fácil saber cuándo avanzar o cuándo esperar para decir algo, para no apresurarte o no arruinarlo? Y si hablamos de trabajo… cuándo es el mejor momento de invertir, de esperar, de lanzar un nuevo producto o servicio…

Si mantienes una sintonía entre tus intenciones y tus metas, sentirás más fluidez en tu vida… y lograrás entre otras cosas:

  • Menos dispersión
  • Enfocarte en varias cosas y poner tu energía en cada una en el momento adecuado
  • Alcanzar tus metas más eficientemente
  • Evitar auto-reprenderte
  • Eliminar el autoboicot o ser consciente de él.

 

trastornos_mentalesSi te pones metas sin considerar que tus intenciones están sujetas a fuerzas invisibles, que en definitiva son tus intenciones previas inconscientes… es muy probable que te frustres, porque estarán apareciendo oportunidades que responden a tus viejas intenciones y metas, pero no a las actuales. Y te encontrarás diciendo: “¿Ahora me llega esto, que ya no lo necesito?”. Seguramente te pasó. Es lo que llamo el precio de las intenciones inconscientes.

El precio de las intenciones inconscientes

Este precio no es dinero, o por lo menos no siempre. Es el precio del tiempo, de las frustraciones, del desencanto por lo que uno pretende realizar. Es el precio de ir saltando de intención en intención. Y también es el precio de igualar las intenciones a las metas. Es el precio de querer controlar la situación con metas concretas, y que el Universo tenga otros planes mejores para ti en ese momento y que no logras ver por empecinarte en tus metas (y mientras más inflexibles son tus metas, peor es)

Si aprendes a tener intenciones conscientes, a las que pones energía diariamente, y que vas definiendo con metas concretas a medida que aparecen las oportunidades este precio se irá reduciendo… quizás desaparezca.

El precio de las intenciones conscientes

Las intenciones conscientes también tienen un precio. Atención, presencia y confianza. Ese es el precio. Si no les dedicas atención, si no te mantienes presente para ver las señales u oportunidades y especialmente si no tienes la suficiente confianza para saber que llegarán esas señales y oportunidades… seguirás pagando el precio de las intenciones inconscientes.

Y este tipo de intenciones, que como ya te dije se convierten en un diálogo con el Universo… mientras más las practicas y te alineas con ellas… más rápido recibes respuestas concretas.

¿Qué esperas? Ponte ya en acción, toma tus metas y define previamente tu intención a ellas… y confía, revisa cómo ha funcionado para ti en el pasado.

 

Ponerse metas concretas y luchar por ellas sin descanso SI funciona, pero no para todos, ni en todo momento… mucho menos para todas las cuestiones de la vida. El esfuerzo, luchar por lo que se quiere es un valor maravilloso… pero saber cuándo poner el esfuerzo y cuándo descansar a mi me parece una cualidad invaluable.

 

Tamara Gallegos

Publicado en: Crecimiento Personal Etiquetado como: autoestima, conciencia, confianza

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Un Hilo Invisible

Un Hilo Invisible

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