Un Hilo Invisible by Tamara Gallegos

  • GRATIS Plan de Meditación
  • PORTADA
  • Nosotras
  • Sesiones Guia
  • Servicios
    • Lectura de Registros Akashicos
    • Tarot Evolutivo
    • Constelaciones Akashicas
    • Regresion Akashica
    • Taller Misión de Vida
  • Gratis
  • Blog
  • Contacto

diciembre 20, 2018 By sindamel

Hoy te presento a: Mandalas del Alma

Hoy en las Historias de Consciencia el turno es para Paula Monacci… a ella la conocí porque me concedió el honor de realizarle una Lectura de Registros Akashicos. Es para mi un placer que hoy puedas conocer un poco de su talento y su maestría para poner en imagen lo sutil. Para mi, ella es un claro ejemplo de que podemos poner al servicio del amor nuestros dones y talentos…

No te entretengo más, aquí va en sus propias palabras su historia… y al final su información de contacto porque como yo, estoy segura que vas a querer uno de sus Mandalas.


Mi nombre es María Paula Monacci vivo en la ciudad  Cipolletti  provincia de Rio Negro, soy mamá de 3, esposa, Ariana inquieta, Soy Profesora de Nivel Inicial, Técnica en Procesos Comunicacionales  y Coach Ontológica Profesional…. pero además de todo eso que es muchooo  pinto con el Alma!

Mandalas del Alma nace del corazón, de un intenso proceso de búsqueda personal que me llevo algunos años y varios cuestionamientos sobre quién soy y que vine a hacer a este mundo.

Luego de finalizar mi tercer carrera terciaria, universitaria, Coaching Ontológico… (por eso digo que fue intensa) …  se produjo o mejor dicho, el transitar esa formación produjo en mi grandes interrogantes que vinieron acompañados de grandes cambios también…

Lo primero que me sucedió fue cuestionarme modelos aprendidos y que repetía casi en automático, el “deber ser” era parte de mi vida cotidiana, porque además no estaba sola en este mundo tenía a mi hija mayor de 9 y los mellis de 5 y a mi marido, con lo cual en el funcionamiento normal del día a día  necesitaba de orden, pautas establecidas, trabajos organizados, horarios etc. etc. etc.

Un día sentí la necesidad de expresarme desde otro lugar, no tenía claro cuál pero sabía que esa expresión vendría de la mano de algo nuevo que buscaba por todos lados…. sin descanso. La sensación era que buscaba para encontrarme… para encontrar mi misión.

Los Mandalas en mi vida siempre estuvieron presentes, siempre sentí una especial conexión con esta geometría, disfruto de observar las distintas formas y colores y en mis sueños despiertos me decía a mi misma… como me gustaría saber crearlos y pintarlos.

Investigaba, estudiaba geometría sagrada, simbolismo  y seguía observándolos maravillada de la complejidad y la profundidad de sus formas.

No había tenido nunca contacto con carreras  de arte, pintura, dibujo… mi poco contacto con los pinceles había sido en la escuela primaria y secundaria… pero mi deseo de pintar sin que me diera demasiada cuenta pulsaba desde adentro.

Me acuerdo  que para pintar mi primer Mandala fui a una tienda de arte y compre pinceles, acrílicos  y la base como si fuese una experta en el tema,  espere que la casa estuviera en silencio, acosté a mis hijos … prendí una vela, un sahumerio, puse música suave… y le rece a mis Ángeles  les pedí asistencia, compañía y un mensaje, si esto que yo sentía era para mí.

Dentro de mis modelos aprendidos necesitaba la confirmación terrenal o tangible de que iba por buen camino… que locura!

Solo era aquietar mi mente y escuchar mi corazón, ahí estaba la gran respuesta… pero igualmente los hermosos seres de luz me enviaron la señal, el mensaje.

Casi sin pensarlo estaba dibujando mi primer Mandala, sin copiarlo ni calcarlo estaba creando!!. La sensación de plenitud, de paz, de felicidad que me recorrió fue y es difícil de poner en palabras, me invade el cuerpo…

Así … poco a poco fui pintando y pintando y un día con algo de temor,  de vértigo porque era nuevo para mí cree una página de Facebook  ( Mandalas del Alma  Arte por María Paula Monacci)  y compartí al mundo lo que yo hacía… pronto empezaron a llegar las consultas y los pedidos  y mi corazón desbordaba y desborda de felicidad!

Cada vez que pinto, cada vez que creo soy yo misma, con mis luces y mi sombras, me encuentro, vuelvo a mi centro, a ese espacio sagrado en donde puedo escuchar mi corazón y hacer desde la libertad y la plenitud.

El pintar  me llena de luz, siento que brillo y que en cada una de mis pinturas esa luz se expande y puedo compartirla con los demás.

Hoy pinto Mandalas personalizados con mensajes canalizados, los Ángeles me susurran su dulzura entre pinceladas y cada obra que se va a su nuevo espacio los hace cargado de intención, de hermosa energía, lleno de luz y de amor. Un pedacito de mi alma esta allí, un pedacito de mi corazón está presente en cada obra y esta es mi manera de contribuir a este mundo, a esta experiencia llamada vida,  de compartir desde este lugar mi luz.

Me hace feliz hacerlo, así de simple, así de concreto y esa felicidad me motiva a pensar cosas nuevas para seguir expandiendo y compartiendo.

Hoy me encuentro armando un pequeño lugar para dar talleres de Arte con herramientas de Coaching  y ser para el otro una posibilidad,  para poder acompañarlo en el proceso de búsqueda o simplemente para compartir desde la maravillosa conexión que te brinda el arte un espacio de conversación, de saberes y experiencias.

 

Gracias por  leerme y conocer un poquito de mi historia detrás de Mandalas del Alma .

Abrazo de Luz!!!

 

María Paula Monacci – Mandalas del Alma

En Facebook

En Instagram

 

Publicado en: Recomendaciones Etiquetado como: alma, canalización, conciencia, creatividad

diciembre 11, 2018 By sindamel

El Despegue (que no fue tal)

​Hace una par de semanas empezamos a tratar de que F se duerma en su cama. El pie lo dio que perdimos su chupete y empezó a dormirse sin él. Y que está bastante grande, duerme transversal, y nuestras espaldas piden a gritos el cambio.

En la habitación duermen su hermano y hermana, así que no está solo. Compramos y pintamos una cama de “doza”, su color favorito. Y ahí arrancamos, la odisea…la última odisea de sacar al último bebé de la cama grande.

Cuánta nostalgia. Son hitos que quizás antes pase mas por arriba, porque siempre había alguien más pequeño que se quedaba mientras el grande crecía. Ahora no, es el último (DEFINITIVAMENTE) y entonces todo toma otro sabor, otro color. También creo que yo estoy mas despierta aún.

Hace dos noches, me pidió que me acueste con él. Así que ahí fui, y mientras hacia equilibrio para que se duerma cómodo y yo no caerme de la cama, miraba su cuarto, lleno de estrellas y planetas que brillan en la oscuridad, sus juguetes, sus camas con mis niños dando vueltas y vueltas hasta que el sueño los encontrara; y me puse a pensar, en que aún estoy demasiado dormida yo.

¿Cuantas noches como esa me pierdo, por ponerme a hacer otra cosa? ¿Cuanto me pierdo de mirarlos por estar mirando algo más? ¿Es suficiente lo que les doy? ¿El tiempo que estoy? ¿Necesitarán más de mí? ¿De su papá?

Yo soy conciente de que siempre va a faltar algo, de que no somos (ni es la idea ser) perfectos. Pero me puse a pensar si hago lo suficiente, o si me los estoy tomando por sentado. Doy por sentado que están ahí y no me doy cuenta (salvo en momentos como este) de que no siempre van a estarlo.

El tiempo es ahora. SU tiempo es ahora. Se que toda la vida voy a ser su mamá, y que mil veces me necesitarán, pero no como ahora. Y estamos tan pendientes de otras cosas, cosas que a veces ni tienen sentido, que nos olvidamos de mirar mas seguido esos ojos curiosos que nos siguen por la casa. Esa noche, hace dos días atrás, me propuse mirarlos más, y mirarme mas. Porque es una rueda.

¿Necesito realmente de todo lo que hago? ¿Por qué me pongo a mirar el celular cuando en verdad quiero hacerme un mate, o buscar un libro que hace mucho no leo?

Me mudé a un pueblo hace ya 5 años, y me doy cuenta de que mi cabeza aún lleva el ritmo de ciudad. Claro, me siento improductiva cuando “no hago nada”. Lo que no entiendo aún es porque en mi mente usar el celular es hacer algo.               

Este articulo iba a tratar sobre otra cosa, pero como verán, me sobrevuelan las preguntas y mis dedos tienen vida propia, así que decidieron escribir esto que evidentemente necesitaba hacer concreto.

Me estoy replanteando bastante esto de los tiempos, porque también es cierto que quiero recuperar tiempo para mi. Y que quiero que todo fluya lo mas posible. Y veo que en verdad no estoy haciendo ni uno ni lo otro. Necesito recalcular, definitivamente.   

Gracias por leer esta gran catarsis. Ustedes ¿Cómo manejan sus tiempos? ¿Se les complica coordinar todo? Las leo

Un abrazo                                           

Emme

Su blog AcÁ

Seguila en Facebook

Publicado en: La Columna de Emme Etiquetado como: conciencia, felicidad, maternidad consciente

noviembre 15, 2018 By sindamel

¿Qué me aportaría conocer mi Misión de Vida?

La misión de vida permanece muchas veces en la imaginación como un ideal lejano que queremos alcanzar… como una estrella distante que se erige en el cielo y que nos guía, remota, en el camino de la vida.

Sentimos muchas veces que al lograr alcanzar esa estrella lograremos, al fin encontrarnos. Pero persiste la idea ¿y si no es así?

¿Qué me aportaría conocer mi misión de vida…?

Si nunca te lo preguntaste, te invito a preguntártelo ahora. Haz tres respiraciones profundas, suaves… lentamente. Lleva tu atención a tu corazón o a tu tercer ojo. Y ahora pregunta.

¿Qué le pasó a tu cuerpo? ¿Qué pensamiento vino a tu mente? ¿Qué sentiste (alegría, tristeza, paz, ansiedad, etc)?

Esta pregunta que parece tan al azar no lo es en absoluto. Porque buscamos eso que nos aporta saber quiénes somos… y muchas veces lo buscamos en los lugares equivocados.

O nos condenamos a “no disfrutar” porque no tenemos certeza de estar haciendo las cosas “bien”.

Y ahí está la cuestión.

Es necesario que te despojes por fin de los ideales preconcebidos. Si, es perfecto tener altas expectativas de una misma. Porque podemos ser todo y más siempre que esté alineado con el propósito de nuestra alma. Pero si te vas a torturar todo el tiempo porque no logras vivir lo que esperas… así no funciona.

Tu propósito no viene con un “censor” que controla y te va puntuando si haces las cosas bien o mal y  te castiga si no estás cumpliendo tu misión.

No sabría decirte si un día alguien me lo dijo. Pero puedo decirte que en un momento de mi vida, lo que soy se desplegó ante mi. Y lo supe. Supe que quería hacer lo que hago por el resto de mi vida porque eso es lo que soy.

Incluso puedo contarte que me costó muchísimo ponerle un “nombre” concreto y definido a esa intención de mi alma que llamo “Misión de Vida”.

Lo más trascendente que me aportó conocer mi misión fue la CERTEZA.

La certeza es mágica. Tiene el efecto de atravesar una puerta que, una vez que cruzas su umbral, se cierra y no hay vuelta atrás. Y que simultáneamente, lo que aparece tras esa puerta es tan propio… que no quisieras estar en otra parte.

Es la magia de saber que este es tu lugar. Que hagas lo que hagas, se impregnará de esto. Y nada tiene que ver con tu trabajo. Puedes trabajar en una oficina pero si tu misión es sanar, y lo sabes, lo harás en cada oportunidad que se te presente…

A veces esta certeza es lo que necesitas para atreverte a vivir sus sueños, dejar atrás una vida que no es lo que deseas y dar ese salto cuántico que te llena de felicidad. (Y que con certeza nadie a tu alrededor comprenderá al inicio).

El segundo aporte fue LIBERTAD.

Yo creía que la libertad era que nadie te limite. Bueno, no. La libertad es poder elegir tu propio camino y modelarlo, según vayas transitando dicho camino.

Y te vas a encontrar con miles de límites al recorrer tu camino. Pero, son temporales o ilusorios. Cualquier límite no es más que una herramienta para que crezcas y te alinees más con eso que ya eres.

Por eso lo que en apariencia te quita libertad, en realidad te está ayudando a recordar que ya eres libre porque sabes hacia dónde vas y quién eres (o en quién te estás convirtiendo).

El tercer aporte, derivado de las dos anteriores, fue la TRANQUILIDAD.

La tranquilidad es esa cualidad, como un regalo, que te permite andar a tu propio ritmo… sin correr carreras, sin ir contra nadie… sin llegar antes o después, sólo saber que cada paso que das está dirigido hacia una misma dirección.

Te puedes relajar. Porque cuando sabes cuál es tu camino entiendes que nadie lo va a recorrer por ti y que no debes llegar primero que nadie. Simplemente estás llegando a tu destino cada día, con cada pequeña cosa que haces aunque parezca nimia.

La ilusión que encontrarás aquí es que habrá procesos largos donde sentirás que estás estancada, que no avanzas, que te encuentras en un pozo profundo. Tranquila. Todo es perfecto, incluso el sentir que todo se derrumba. Recuerda que tras un frío invierno siempre, siempre llega la primavera.

SEGURIDAD en mi misma, fue el cuarto aporte.

Siempre fui muy insegura, me costaba encontrar el momento oportuno para hablar, para dar mi opinión… siempre tenía esa sensación de que todos lo hacían mejor que yo. Y probablemente era cierto, porque me movía en un ámbito donde no tenía nada para aportar. Pero al conocer mi camino, pude compartir mis pasos de otra manera.

Muchos le llaman a esto “encontrar la propia voz” y no tengo duda de que es así. Porque cuando encuentras tu camino, encuentras tu voz interior. Y lo que tienes para decir, para transmitir y comunicar aunque no sea con palabras, está ahí presente y llega siempre a las personas que tiene que llegar.

Para lograr esta seguridad, encontré y aún encuentro muchos desafíos. Existe una cierta voz que dice “estás segura?” “no deberías hacer eso” etc. Para mi esa voz permite también crecer, sin estancarse creyendo que ya logramos todo.. porque vamos siempre cambiando. Como una planta… aunque la flor sea del mismo color siempre, cada flor tendrá su cualidad especial, nacida de la misma raíz.

Si has hecho la encuesta que te propuse para conocernos mejor, sabrás que te hice esta pregunta. Y las respuestas fueron muy interesantes.

Y las tres cuestiones principales que son las siguientes:

  • Tranquilidad
  • Fe y seguridad
  • Dirección

Va a tono con mi propia experiencia, gratamente descubrí que no somos tan distintas.

Por todo lo que te conté a mi me obsesiona que todas conozcan su misión, si es su momento de saberlo. ¿Vos conoces la tuya?

Tamara Gallegos

¿Alguna vez te has preguntado cuál es tu misión de vida?

¿Te inquieta no estar haciendo lo suficiente o desplegando todo tu potencial?

¿Cuántos de tus planes se han frustrado para luego darte cuenta que nada tenían que ver con tu esencia?

+ info

Publicado en: Crecimiento Personal, Misión de Vida Etiquetado como: conciencia, confianza, libertad, sanación

noviembre 13, 2018 By sindamel

Fluir o resistir

Me levanto temprano, pongo el mat en el piso, prendo el celu en la respiración/meditación que hago en la mañana, empiezo…”mamáaaa!”

Es increíble, si duermo hasta las 11, duermen hasta las 11. Ahora, más temprano me levanto para encontrar un hueco para mi, más temprano se despiertan ellos.

Me cuesta tomármelo con calma. Me enoja no poder disponer ni de un rato de tiempo en soledad.

La mayoría de las veces termino sin hacer nada, aun sabiendo que eso no me hace bien.

Pero a veces (reconozco que son pocas, no se porque me cuesta dejar que fluya esa energía) es como que sintonizo. Y entonces me pongo mas “liviana”. Y miramos juntos la meditación y respiramos. Y ponen una manta al lado del mat y hacemos los hipopresivos, y el saludo al sol. Y nos reímos, y lo disfrutamos. Y aunque quizás la rutina física no vaya a hacer que la panza post 3 embarazos se tonifique, la energía igual se nutre, y arrancamos mejor, y tenemos un buen día.

Me cuesta bastante fluir con que “las cosas son como son”. Entonces si no me salen como yo pretendo, me frustro. En realidad lo que me cuesta es soltar el control. Pero, desde que soy madre, es como que: o lo soltas o te volves loca. Es así. Una cree que va a tener que controlar no solo la vida propia, sino la de otro pequeño humano. Pero no, no, no…BAZINGA! Es ese otro pequeño humano el que toma control de nuestras vidas. Y nos pide sumergirnos en ese espacio oscuro y sin tiempo que es maternar un recién nacido. Y aquí se nos presentan dos opciones. Una es resistirnos. Y sufrir. Porque ese pequeño ser sabe muy bien lo que necesita, e ir en contra de esas necesidades va a generar angustia, caos, desesperación…Si, es cierto que podemos “entrenarlos”. Muchas mujeres lo eligen. Es incluso una “corriente de crianza” (me niego bastante a llamarla así, pero bueno). Pero eso no quiere decir que estemos cambiando las necesidades de ese ser. Simplemente le estamos demostrando que no nos importan, porque es pequeño y nosotros, grandes.

Bueno, esa opción no iba conmigo. Desde la primer pagina del libro lo único que quería era llorar y pedirles perdón a todos los bebés que hubieran pasado por eso (hormonazo puerperico modo on).

Así que fuimos con la opción 2, que es dejar que el bebé tome el control, el volante. Y nosotras seguirlo. Con esta opción yo recomiendo comprar el “kit de inicio”: un lindo porta bebé ergonómico, una cunita colecho, absorbentes de tela para ponerse en el corpiño, y un buen par de tapones para los oídos. Porque me cansé de escuchar lo mal que le estaba haciendo, que iba a criar un caprichoso, que nunca iba a salir de mi cama, que me iba a terminar dejando mi marido, que le daba la teta de gusto porque lo alimentaba más la formula…y miles más.

Pero para mi fue mi primer gran aprendizaje. Fue la primera vez en mi vida que apagué la mente y seguí al corazón. Fue la primera vez que me enfrenté a mi gran necesidad de controlarlo todo y pude decirle “bueno, para. Soltá un poco querida, que estas toda acalambrada”.  Y tampoco fue fácil. Una imagina que si ¿verdad? Que decís “bueeeee, que se vaya todo al cara – piiiiiip” y te relajas. Bueno, no. Al menos en mi caso no funcionó así. En mi caso pasaba horas y horas pensando si estaba haciendo las cosas bien, pensando en todo lo que creía haber echo mal y ya no podía solucionar, en todo lo que estaba por venir y seguramente no sabría hacer bien. Con decirles que a los dos años de mi primer hijo empecé a tener una crisis porque el sistema educativo le iba a “cortar las alas” a mi bebé (no, no iba a la escuela ni a la guardería ni nada). Pero es así, la necesidad de control tiene su contraparte en la ansiedad que nos da no poder controlar. Siempre tenemos una energía para sublimar, para aprender a manejar. Y sobre todo, para no dejar que nos maneje.

En mi caso, me sirvió mucho la comprobación. Si, ya se que quizás no es algo “tan espiritual”. Pero me sirvió y me sirve. Ver a mis hijos, con todos sus errores y mis ganas de matarlos varias veces en el día incluidas, ver sus ojos, ver sus emociones y sentimientos tan nobles, me hace entender que valió la pena. Que vale la pena. Y que aún al día de hoy me ayudan a trabajar en esto mío que es el fluir armoniosamente, el poder soltar el control con calma, el aceptar. Son mis maestros, en todo, siempre.

Y a ustedes ¿Cuál es la energía que más les cuesta trabajar? ¿Qué aprendizaje les quedó marcado con la maternidad? Las leo

Un gran abrazo,

Emme

Su blog AcÁ

Seguila en Facebook

 

Publicado en: La Columna de Emme Etiquetado como: conciencia, espiritualidad, maternidad

noviembre 8, 2018 By sindamel

4 Puntos de Consciencia

He aprendido varias cosas en estos últimos años y creo que ahora es el momento de encontrar el equilibrio entre ellas. Es un equilibrio sutil, perfecto y dinamico.

Lo primero que aprendí es a ser obediente.

Obediente con la energía, a seguirla. Aunque debo decir que para lograrlo primero aprendí a sentirla.

Como decía, aprendí a ser obediente. A que solo soy un ser humano que no siempre sé lo que es mejor para mí. Entonces el aprendizaje es la obediencia del ego al alma.

Pues es el ego el que quiere que todo sea como él quiere y en este momento.

¿Y vos, te resistis cuando las cosas no son como querés?

 

Lo segundo que aprendí es a no desviar mi camino. Que puedo hacer y experimentar lo que quiera, siempre que tenga claro hacia donde voy. O sea, aprendí a seguir mi estrella. Porque si, te puedes desviar mil y una veces… pero cuando sabes hacia donde ir y decides no ir, eso, se llama autoboicot.

¿Cuántas veces te encontraste postergando sueños en pos de algo novedoso y brillante?

 

El tercer aprendizaje ha sido simple: aprendi a valorar todo lo que recibi y a cuidar lo que soy. Aprendí a estar completa.

Antes sentía que me faltaba algo, que siempre tenía que ir a buscarme por ahí, aprender algo nuevo, esperar por algo… de pronto, de forma muy muy sencilla empecé a darme cuenta de que tengo todo lo que necesito para ser yo y manifestar mi vida en armonía.

Esto fue una tarea de mis ancestras, que me enseñaron mil cosas que quizás no utilizo a diario… pero son recursos internos que poseo y son parte de lo que soy. Valorarlos me ayudó a entender algo más profundo: no recibí simplemente la sabiduría de mezclar colores, sino la capacidad de aprender a hacer lo que necesite, cuando sea necesario. Este es un gran tesoro.

¿Sabes cuál es el tesoro que te heredaron tus ancestros?

 

Un cuarto aprendizaje ha sido el siguiente: valorar el proceso.

Pues aquella persona que descubra sus dones y su camino, ha de transitarlo en todas sus formas, para asi poder comprender los aprendizajes anteriores.

Por eso he desobedecido, desoído, dejé a mi ego tomar el control por eso abandone mi camino una y otra vez, por eso me quise alejar de mis raíces… no estaba perdida. Estaba recordando quien soy.

Por supuesto, mientras todo eso sucedía yo no tenía idea de que era exactamente el camino a recordar, a encontrarme nuevamente con  mi ser.

No sabía lo que hacía. Pero hoy, tengo la certeza de que cada paso fue necesario para que yo hoy pueda contarte esto.

¿Y vos, valoras tus procesos o esperas el resultado final?

 

Sigo encontrando el equilibrio, pero estos cuatro aprendizajes me sostienen… me han costado un precio enorme a nivel emocional, físico, mental y espiritual. Pero también te puedo decir que las recompensas a todos esos niveles, una vez que integré las enseñanzas han sido incalculables y me siento muy agradecida.

Estas palabras son para invitarte a que vos valores los 4 aprendizajes que este año o este proceso de tu vida te está aportando… porque no tengo duda que esos 4 aprendizajes son las semillas para tu armonía y bienestar.

Si ya los descubriste, me encantaría que me lo cuentes! Te leo…

 

Tamara Gallegos

 

Publicado en: Conciencia Cuántica Etiquetado como: conciencia, ego, sanación

  • « Página anterior
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • …
  • 19
  • Página siguiente »

Un Hilo Invisible

Un Hilo Invisible

SER AMARGADO NO ES TAREA FÁCIL

Durante nuestra vida experimentamos todo tipo de derrotas: en el trabajo, en nuestras relaciones personales, pérdidas económicas o de afectos que nos causan dolor. Es parte de la condición humana equivocarnos y sentirnos mal. Cada una de estas enseñanzas, que en un primer momento no parecen tener un para qué, en realidad lo tienen. En […]

En práctica

Comparto estas palabras para reflexionar y dar una mirada, un pequeño repaso a lo que venimos aprendiendo-recordando hasta el momento… La forma más divertida, rápida y digamos certera de aprender es experimentando, poniendo en práctica lo que se lee/estudia. Todos hemos leido ya alguna vez que todos somos uno, que hay que trascender (que no […]

La Torre

Quiero echar luz desde esta perspectiva simbólica sobre el significado de este (y de todos los que pidan) arcano del Tarot. Pues el Tarot no es tanto un sistema de adivinación y predicción como un sistema de autoconocimiento muy útil. Especialmente para Mari… *********************************************************** «La Torre nos dice que algo a lo que nos hemos […]

Privacidad y cookies: este sitio utiliza cookies. Al continuar utilizando esta web, aceptas su uso.
Para obtener más información, incluido cómo controlar las cookies, consulta aquí: Política de cookies

Copyright © 2022 · Executive Pro Theme On Genesis Framework · WordPress · Acceder