
¿Es tan difícil abrirse a nuevos y diferentes puntos de vista?
Al hacerlo se puede descubrir que hay mucho más que deberes y obligaciones en la vida.
Que tal vez los viejos prejuicios ya no son necesarios y que deshacerse de ellos implica crecer y aprender.
Que por ejemplo, dar y recibir es lo mismo, porque en el acto de dar se recibe a veces mucho más de lo que se dio.
Que cuando uno ama es amado y que el corazón se expande cuando se experimenta compasión.
Que cuando se es honesto con los demás es porque se es honesto con uno mismo.
Que en la vida obtenemos no lo que merecemos sino lo que estámos seguros de merecer.
Que las experiencias por las que transitamos, son todas reflejos de cómo nos vemos a nosotros mismos, ya que son nuestras creaciones y que por ello no podemos responsabilizar a otros por lo que nos sucede.
Que al hacerse uno cargo de lo que construyó en su vida lo habilita para comenzar a mejorar sus creaciones, eliminar lo que ya no desea y crear concientemente lo que sí.
Que al interactuar con otras personas, estamos mirándonos a nosotros mismos para aprender quienes somos en verdad y que por ello las relaciones y los vínculos son sagradas y un camino de aprendizaje muy rico.
Que el agradecimiento, cuando es genuino es una energía que nace del amor más puro y nos eleva transformándonos en mejores seres humanos.
Que transitar por la calle sonriendo o cantando, puede inspirar a quien nos observa a compartir nuestra alegría.
Que cuando dejamos de lado el orgullo y perdonamos, no hacemos más que perdonarnos a nsotros mismos.
Y lo maravilloso de todo ésto es que es completamente gratis y está disponible en abundancia para todos.
Es sólo cuestión de abrirse y cambiar nuestra manera de pensar de la cual somos absolutamente dueños. Minuto a minuto decidimos qué pensar y nadie decide por nosotros. Curiosamente de ésta manera estámos creando lo que llamamos nuestra realidad.
¿Te das cuenta? No es tan difícil modificar tus puntos de vista. Lo que sí es cierto, es que ello te llevará a cambiar tu vida.
Lic. Laura Fichendler