La Culpa del Ocio

¿Vieron esos momentos donde no querés hacer nada? Quizás leer o mirar una película, o boludear con el celu en las redes sin pensar en nada.

¿Y vieron esos momentos donde estas haciendo nada o ya hiciste nada y te asalta la culpa de la improductividad? Bueno, eso.

Cómo nos cuesta el ocio ¿verdad? Tenemos incrustada esa idea de que “tenemos que estar haciendo algo”. Sobre todo cuando somos SAHM (stay at home mom) y según la sociedad la tenemos fácil. Si estamos todo el día en casa. Si no tenemos que ir a trabajar. No tenemos que lidiar con el transporte, el jefe y las fechas límite. Claro. Ser una SAHM es un paseo por el parque, en un día soleado, sin mosquitos. JA!!

Entonces cuesta. Admitir que estamos desgastadas cuesta. Si amamos a nuestros hijos, ¿como vamos a estar cansadas de cuidarlos? ¿Como vamos a estar cansadas de cocinar, limpiar, lavar, ordenar, curar rodillas, soplar mocos, limpiar cacas, separar peleas, abrazar llantos, sosegar gritos, y todo lo innombrable e invisible que conlleva criar humanitos? Si todo eso es amor!! Bueno, no. Eso no es amor. Es trabajo no remunerado. Que lo hacemos por y con amor, pero eso es otro tema.

Yo hace un tiempo me propuse intentar resignificar el ocio. Darme lugar a no tener ganas de hacer nada. A tomarme un feriado. A dejar que la ropa quede sin guardar unos días o los platos sin lavar hasta la noche. No sentirme mal si los dejo mirar los dibujitos o jugar jueguitos para que me dejen hacer nada. Pero además, darme permiso de perderme un poco. De mirar tele, de scrolear instagram, de no darle mi atención a nada, ni pensar siquiera  al menos podria hacer un poco de yoga. No. Nada. Darle espacio a la nada, a veces, un rato; sin sentirme mal durante ni después.

Y lo que me ha pasado, es que esos momentos de nada, a veces (y si no, no importa) terminan siendo reveladores. Se me ocurre una idea para escribir. O resuelvo sin querer un problema en el que ni siquiera estaba pensando. O simplemente me río, me despejo, me reincorporo como si hubieran sido unas mini vacaciones. Porque lo son. Para nuestra mente. Y el cansancio mental, el desgaste mental que tenemos las SAHM es enorme.

De mas joven, antes de tener hijos, trabajaba fuera y estudiaba una carrera (varias carreras, ningún titulo). Me levantaba a las 7 am. Pasaba el día fuera de mi casa, 8/9 hs en el trabajo y el resto en la facultad, donde cursaba hasta las 22 o 23hs. Los días que no cursaba tenia que leer, resumir y estudiar. Así y todo, estaba menos cansada, menos agotada y menos desgastada que ahora. Claro, mi trabajo ahora tiene la cualidad de ser de vida o muerte. Y de no tener horario de finalización. Ni fines de semana. Ni feriados. Ni siquiera hora de almuerzo.

Validemos necesitar el descanso. Validemos necesitar no hacer nada. Validemos escucharnos sin culpas. Y abracemos el espacio seguro que podamos crear para nosotras mismas.

Un abrazo
Emme

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