
Somos lo que pensamos
Muchos estamos de acuerdo en que transitamos un nuevo camino, que nos llevará, indefectiblemente, a una Nueva Era. Y este nuevo camino requiere de un pasaporte, un permiso para pasar al nuevo territorio, que no es más que comprender una nueva perspectiva a través de la cual reconocernos y poder adaptarnos al cambio. Cambio que nos permitirá encontrar la Entrada que buscamos, para arribar a esta Nueva Era.
En principio, debemos reconocernos como individuos totalmente Interdependientes del Cosmos. Debemos entender que lo que sucede en nuestro entorno nos involucra en lo absoluto, al igual que lo que nosotros hacemos replica en toda la inmensidad, llegando hasta el infinito.
Esta interdependencia me anima a realizar ciertas proposiciones iniciales cuyo análisis posterior, nos llevará a entender que somos lo que comemos, como así tambien, somos lo que pensamos.
Para iniciar el camino por la primera proposición, vamos a remitirnos a los sabios conocimientos de la antigüedad. Si, aunque suene paradójico, la nueva perspectiva, (en una fase fundamental), se apoya, siendo casi un reenfoque, una reafirmación, en la más antigua sabiduría, la enseñanza misma del Ayurveda.
¿Que nos dice entonces el Ayurveda? Que no es mi más ni menos que el sistema de cuidado de la salud más antiguo de que tenemos conocimiento. Nos dice que el cuerpo humano no es un sistema estático, ni un organismo aislado de la naturaleza universal. Es un campo dinámico de energía que participa del campo de energía mayor, el Cosmos, intercambiando con él constantemente. Vemos aquí que el Ayurveda comparte, si bien con una terminología algo diferente, las ideas del más avanzado estudio de la biología, como así también la visión que nos propone la Física Cuántica.
Este intercambio permanente da como resultado que el 98% de los átomos del cuerpo humano se renuevan cada doce meses, inclusive los que componen los huesos, átomos que cruzan libremente las paredes celulares, sometiéndose a un cambio y reemplazo permanente. Si, aunque no parezca, cada tres meses disponemos de un esqueleto totalmente nuevo.
Y así mismo es con todo el resto del organismo humano. Muy parecido a lo que sucede con un árbol… muy similar a lo que vive un río. Siendo todas distintas caras del mismo Organismo Cósmico.
Así funciona todo el Universo, intercambiando electrones, conformando distintos átomos, fusionándose y fisionándose permanentemente. Claro poco de todo este movimiento de intercambio se percibe, pero existe… como tantas otras cosas de las que de deberíamos tomar Conciencia, nada más ni nada menos que para estar más sanos, para sentirnos mejor, para equilibrar nuestra energía (en todos sus aspectos) y ser de este modo…. más felices.
Ahora, nos preguntamos de qué forma se producen estos intercambios, pues no es más que a través de los alimentos que ingerimos, los líquidos que bebemos y el oxigeno que inhalamos. Por ello nos tomaremos un breve tiempo para repasar de qué forma física se producen estos intercambio, sin ahondar en detalles pero siguiendo un camino sencillo desde la ingestión de alimentos y líquidos y desde la inhalación del oxigeno.
Fragmento del capítulo: “Inteligencia Cósmica” del libro Conciencia Cósmica.
Autor: Ciman del Cambio. (Mi querido y estimado amigo Ciman)