La vida es todo aquello que pasa, mientras uno esta ocupado haciendo otra cosa….
John Lennon
El que está dormido busca abundancia manifestando la ilusión que proviene de la avaricia e inseguridad.
El que está despierto solamente tiene que tomar su siguiente respiración.
(De: El Tao del Espíritu por John-Roger, DCE)
Hay muchas maneras en que descubro que estoy “dormido”. Con mucho, la más común es estar “muy ocupado” – teniendo siempre algo por hacer. Al salir fuera de mí, pierdo mi centro. Lo ideal es estar en ese centro y desde ahí salir afuera. El centro tiene una cierta sabiduría hasta dónde extenderse, si acaso.
Encontré que logro hacer más, cuando lo hago lentamente.
Así que me detuve para preguntarme el porqué.
Descubrí que al moverme lentamente atrapaba el momento.
Mientras que con la prisa, me pasaba de largo.
Sigo encontrando una gran verdad en las últimas dos líneas. Cuando aflojo el paso y “tomo mi siguiente respiración”, súbitamente tomo conciencia de la abundancia de belleza dentro de mí y en mi entorno.
Encontré muy revelador este pasaje de la crítica de un libro que leí la semana pasada:
Uno de los temas del libro es que lo común y corriente produce más placer de lo que normalmente asumimos. En nuestra cultura, todo el esfuerzo que hacemos por lograr la felicidad puede ocasionar que pasemos por alto la riqueza de lo familiar y a la mano.
Hasta el punto en que el autor tiene un secreto para lograr la felicidad, ésta reside en detener el paso lo suficiente como para poner atención en lo que llamaríamos lo esencial de la experiencia. Cuando te tomas el tiempo para examinar el mundo a tu alrededor, analizando lo que ves, escuchas y sientes, descubres que el suceso más simple puede ser sorprendentemente enriquecedor.
Las obras de arte son los mejores exponentes de esta invitación a entrar en una suerte de reflexión en cámara lenta. El autor comenta que la mayoría de las personas que visitan los museos pasan menos de 10 segundos frente a cualquier pintura. En cambio, el Sr. Spiegelman saca una silla y se sienta en la Galería Brera de Milán. Nos cuenta que una vez se sentó a mirar el retablo Montefeltro de Piero De la Francesca durante 25 minutos antes de que otra persona entrara en la sala. Nos da a entender que se obtiene mucha experiencia de prestar esta clase de atención.*
Autor desconocido
*(Crítica por Wes Davis del libro “Los Siete Placeres” por Willard Spiegelman, en el Wall St. Journal, 30/4/09).