En busca de la misión de vida

Y de pronto nos encontramos en este mundo, entre unos brazos que nos llenan de amor y vestidos con un cuerpo físico que parece muy torpe para salir a realizar la misión que aquí nos trajo. Entonces, nos damos cuenta que hay que aprender a vivir la vida.

Y vivir, en la Tierra, lleva tiempo (y paciencia).

Y mientras crecemos, cada uno con sus particulares circunstancias, sin saber muy bien por qué o para qué… hay una chispa pequeña que late en el interior, ahí dentro, a la altura del corazón. E intuimos que esa llamita que arde no es física, pero su presencia es tan palpable como nuestro rostro.

Y en esa chispa que arde muy suave pero insistentemente, hay una pregunta… ¿Quién soy? ¿Qué hago aquí? ¿Para qué estoy en este sitio?

Algunos encuentran tempranamente la respuesta y se abocan a la labor. Otros, hacen oídos sordos a las preguntas y siguen adelante aunque la chispa se apague.

Este texto es para aquellos que aún escuchan las preguntas pero no han descubierto la respuesta…

La misión que te trajo aquí

Desde mi experiencia, la misión no es algo específico. Más bien es algo general, una intención que luego tú, como arquitecto de tu vida, puedes diseñar a tu gusto.

Es decir, tu alma, tus guías, Dios o lo que tú sientas que te otorga tu misión no te dijeron: Tu misión es ser lavandera en la lavandería de la calle 3 en la ciudad x.

Quizás, siguiendo con este ejemplo, la misión es algo como: tu vas a limpiarte.

Y la vida te va dando oportunidades de limpiarte, y tu vas eligiendo cuáles de esas oportunidades tomar y cuáles no.

La misión es algo que te sucede mientras estás ocupado haciendo otras cosas

Parafraseando a Lennon, tu misión es aquí y ahora. Lo que estás haciendo está colaborando en el cumplimiento de tu misión. Son los aprendizajes y las tareas a realizar para que tu misión se despliegue.

¿Solo hay una misión?

Por lo general cuando hablamos de la misión de vida, pensamos en la huella que dejaremos en el mundo. En acciones memorables para toda la humanidad.

Sin embargo, debes saber que aquello que tú estás haciendo ahora es fundamental, no para la humanidad sino para el Universo, para la existencia toda.

Puedo decir que si, tenemos solo una misión. Y también puedo decir que no solo tenemos una misión.

Pues esa intención del espíritu que llamamos misión, es una intención pura y general, pero debemos aplicarla a los diversos aspectos de nuestra vida.

Si tu misión es la sanación… no podrás sanar a otros si no te sanas a ti primero y tampoco podrás hacerlo si no sanas tu relación con tu árbol familiar. Y digo tu relación con tu árbol, no a las personas de tu árbol.

Puedo decir que, para cumplir la misión de vida o la misión de servicio, primero debemos dirigir ese servicio hacia nuestro ámbito más íntimo y hacia nuestra individualidad.

No hacerlo implica huir del aprendizaje necesario para realizar nuestra misión.

Los aprendizajes

Estos aprendizajes son nuestra fuerza, son el capital con que contamos para desplegar nuestra misión. Son la experiencia. Es lo que necesitamos enfrentar para no repetir errores.

Y por tanto, cuando nos negamos a realizar estos aprendizajes o intentamos evadirlos, nos sentimos sin energía, incapaces de encontrar esa misión anhelada.

Por aquí puedes encontrar algunos artículos sobre este tema

¿Y cómo descubro mi misión?

Si aun no sabes, o con todo lo dicho no tienes ni la menor idea… te sugiero buscar entre las repeticiones de tu vida, en tu árbol familiar y tu relación con ellos. Ahí se encuentran los aprendizajes realizados y por realizar. No observes solo lo pendiente. Seguro has aprendido cosas y lo sabes. Este es momento de valorarlas.

Paralelamente, busca lo que te inspira. Eso que te inspira es la chispa de la que hablaba al principio.

Entonces tienes tus aprendizajes, que son la experiencia para realizar tu misión. Y tienes lo que te inspira que es, esencialmente, tu misión.

Eso que te inspira no es una casualidad. Es una memoria que se activa en ti y te grita “por allí, ese es tu camino”

Y si no sabes y sientes ansiedad entonces, observa tu aquí y ahora. Esa es la manifestación de tu misión de vida en el presente. Tu trabajo, tus relaciones, tu relación contigo mismo/a. Todo está al servicio de tu misión de vida. Incluso los impedimentos y dificultades.

Y si aún así, necesitas más ayuda…siempre puedes contar con tus guías para orientarte.

Ve en busca de tu misión, ya la estás manifestando hoy, aquí y ahora. Transformar eso que tú haces y amas en un servicio es, simplemente, decidirte a compartir quién eres.

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