El genio de la lámpara y lo genuino

Yo soy una newager en proceso de recuperación. Cuando comencé a encontrar este camino, lo hice a través de la película que casi todo el mundo vio “El Secreto”. Esa es para mi una clara muestra de la espiritualidad new age: esa espiritualidad basada en resultados, en modelar el mundo al propio gusto y antojo, que el universo sea bonito porque así lo queremos.

Pero si te quedas lo suficiente en ese camino te das cuenta de que hay mucho más. De que puedes pedirle un millón de dólares al universo durante un siglo sin recibirlo, a menos que empieces a hacerte consciente de tus propias limitaciones internas.

Últimamente, desde la espiritualidad y la psicología y diversas corrientes de pensamientos se condena a la ola new age por ser positiva negando procesos, olvidándose de el millón de cosas que interfieren o que quizás simplemente están ahí y te hacen diferente… cuando esa mirada new age parece dar una fórmula mágica que si la aplicas, pum, tienes la vida de tus sueños como si esa fórmula fuera el genio de la lámpara.

Y no, no funciona así.

A mi me encantan las historias de magia y milagros como a cualquiera, pero soy consciente de que le puedo pedir al universo ir a la luna todos los días y no me voy a convertir en astronauta jamás.

Sin embargo, miles de personas en el mundo comenzaron a descubrir la espiritualidad real a partir del pensamiento positivo y demás cuestiones New Age.

Dicho de otra manera; miles de personas empezaron a descubrirse a sí mismas gracias a esto.

Y me parece muy valioso.

Habrá miles que esperaban un resultado concreto, porque hemos sido educados para esperar resultados idénticos y replicables en la vida… aunque cada uno de nosotros sea único e irrepetible. Esas personas seguro se decepcionaron mucho y está bien. Es más sano desde mi humilde punto de vista decepcionarse, que vivir en la perdonen la expresión “burbuja de pedos” neptuniana de que la realidad debe ser la utopía que me imagino.

Entonces yo le agradezco mucho a la new age, porque puso en el foco de muchas personas que tienen el PODER de cambiar sus vidas si se hacen RESPONSABLES de aquello que están creando.

Si estás leyendo esto es porque seguramente descubriste que esa responsabilidad de la que hablo es sólo una consecuencia de muchos factores, profundos e inconscientes que no podemos siquiera nombrar… que no nos atrevemos a observar. Son cuestiones que están en esa habitación llena de trastes que jamás quieres abrir… porque están todas las cosas viejas, olvidadas, rotas, que no te gustan y que preferirías olvidar.

Y sí, TODOS tenemos la habitación de los trastes. Algunos con más cerrojos que otros, pero ahí está en algún lugar interno… y con la inoportuna costumbre de abrirse en el momento menos indicado para la comodidad de nuestro ego.

Yo creo que todo es valioso si aprendemos sus lecciones y también he ido comprendiendo que hay cosas que necesitamos experimentar y transitar, inclusive vivir un rato en las nubes de pedos que nos creamos… para aprender a vivir en este mundo, y también aceptar nuestro camino.

Ojo, aceptar el propio camino no significa que tengas un destino escrito por algún ser que disfruta verte sufrir… significa que viniste a este lugar perdido del universo con una intención… y no puedes ser pera si ya eres manzana, asi que deja de pelear con tu naturaleza y aceptate.

La verdadera espiritualidad es caminar la propia casa interior y descubrir qué forma darle… con la libertad de que hay muchas maneras, pero con la certeza de que hagas lo que hagas, te conducirá siempre de vuelta a tu camino si te “desvías.”

De hecho, la verdadera espiritualidad es un camino de auto consciencia, de exploración personal… no te pide que seas feliz, ni depresivo, ni se te pide que seas nada en particular… solamente que descubras quién eres y vivas con ello de la mejor manera. Y si no te gusta, pues hay cosas donde puedes cambiar, mejorar… explorar otros caminos.

La espiritualidad genuina te ayuda a descubrir que no eres un ser independiente y aislado de los demás, pero también te enseña a ser tú dentro de la comunidad de almas.

Hay miles de maneras de abordar la espiritualidad, de abordar el inconsciente y lo profundo de un ser humano y su alma… hay tantas maneras que van desde lo físico hasta lo etérico… y es que somos tan únicos, irrepetibles… que cada cual ha de encontrar su propia alquimia.

Entonces en resumen esto es lo que yo descubrí cuando se reventó mi nube: No queda otra que probar, intentar, ver que sirve para mi en este momento y que ya no… consciente de que mañana puedo necesitar otra cosa, y así está bien.

Así que ya deja de esperar fórmulas perfectas, ya deja de aplicar fórmulas como dogmas… intenta, prueba, muévete… y cuando ya no te sirva, empieza de nuevo.

Esto es espiritualidad. Esto es, en definitiva, VIVIR.

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