El Despegue (que no fue tal)

Hace una par de semanas empezamos a tratar de que F se duerma en su cama. El pie lo dio que perdimos su chupete y empezó a dormirse sin él. Y que está bastante grande, duerme transversal, y nuestras espaldas piden a gritos el cambio.

En la habitación duermen su hermano y hermana, así que no está solo. Compramos y pintamos una cama de “doza”, su color favorito. Y ahí arrancamos, la odisea…la última odisea de sacar al último bebé de la cama grande.

Cuánta nostalgia. Son hitos que quizás antes pase mas por arriba, porque siempre había alguien más pequeño que se quedaba mientras el grande crecía. Ahora no, es el último (DEFINITIVAMENTE) y entonces todo toma otro sabor, otro color. También creo que yo estoy mas despierta aún.

Hace dos noches, me pidió que me acueste con él. Así que ahí fui, y mientras hacia equilibrio para que se duerma cómodo y yo no caerme de la cama, miraba su cuarto, lleno de estrellas y planetas que brillan en la oscuridad, sus juguetes, sus camas con mis niños dando vueltas y vueltas hasta que el sueño los encontrara; y me puse a pensar, en que aún estoy demasiado dormida yo.

¿Cuantas noches como esa me pierdo, por ponerme a hacer otra cosa? ¿Cuanto me pierdo de mirarlos por estar mirando algo más? ¿Es suficiente lo que les doy? ¿El tiempo que estoy? ¿Necesitarán más de mí? ¿De su papá?

Yo soy conciente de que siempre va a faltar algo, de que no somos (ni es la idea ser) perfectos. Pero me puse a pensar si hago lo suficiente, o si me los estoy tomando por sentado. Doy por sentado que están ahí y no me doy cuenta (salvo en momentos como este) de que no siempre van a estarlo.

El tiempo es ahora. SU tiempo es ahora. Se que toda la vida voy a ser su mamá, y que mil veces me necesitarán, pero no como ahora. Y estamos tan pendientes de otras cosas, cosas que a veces ni tienen sentido, que nos olvidamos de mirar mas seguido esos ojos curiosos que nos siguen por la casa. Esa noche, hace dos días atrás, me propuse mirarlos más, y mirarme mas. Porque es una rueda.

¿Necesito realmente de todo lo que hago? ¿Por qué me pongo a mirar el celular cuando en verdad quiero hacerme un mate, o buscar un libro que hace mucho no leo?

Me mudé a un pueblo hace ya 5 años, y me doy cuenta de que mi cabeza aún lleva el ritmo de ciudad. Claro, me siento improductiva cuando “no hago nada”. Lo que no entiendo aún es porque en mi mente usar el celular es hacer algo.               

Este articulo iba a tratar sobre otra cosa, pero como verán, me sobrevuelan las preguntas y mis dedos tienen vida propia, así que decidieron escribir esto que evidentemente necesitaba hacer concreto.

Me estoy replanteando bastante esto de los tiempos, porque también es cierto que quiero recuperar tiempo para mi. Y que quiero que todo fluya lo mas posible. Y veo que en verdad no estoy haciendo ni uno ni lo otro. Necesito recalcular, definitivamente.   

Gracias por leer esta gran catarsis. Ustedes ¿Cómo manejan sus tiempos? ¿Se les complica coordinar todo? Las leo

Un abrazo
Emme

Sobre el autor

Carrito de compra