Cuando te estás buscando, lo mejor es encontrar tu mapa. Hoy hablamos de Astrología Evolutiva

Amo la Astrología. Desde siempre. Me encanta. No los horóscopos del diario que son más bien sospechosos y que mi madre me solía contar que en el periódico local, un empleado sacaba de una caja las predicciones y así ponía las del día. Leyendo lo que ponen y de forma repetitiva, yo creo que aún hoy lo siguen haciendo. Pero eso no es Astrología.

Si existe un denominador común en la humanidad es que siempre hemos querido entender el mundo que nos rodea y entendernos. Esa conexión que la Astrología encuentra entre las estrellas y nuestra esencia, tal y como hoy podemos mirar en un microscopio y luego mirar en un telescopio y descubrir que no se ve tan distinto el espacio que habitamos… a mí me parece algo sublime.

Si miramos una carta natal, vemos esencialmente un mapa. Un mapa que nos dice muchísimas cosas y que, más que limitarnos nos abre puertas. Es un mapa lleno de posibilidades y de historias que van contándonos sobre nuestra propia vida y los rumbos que tomamos para resolver las diferentes situaciones que se nos presentan. Se pueden descubrir cosas en un mandala natal que nos enseñan a transitar de otra manera la msma configuración energética, cuestiones que parecen evidentes pero que la mente humana no cesa de transitar siempre un camino repetitivo y siempre limitado a la misma reacción. Como si nos quedáramos sin opciones, como si siempre tuviéramos que llorar porque tenemos mucha agua en nuestra carta.

Por eso me encanta la Astrología, en especial las Cartas Natales y las Revoluciones Solares (que son como el “regalo de cumpleaños cósmico” que indica la energía del año a partir de tu cumpleaños, cada año). Allí podemos encontrar nuestros tesoros ocultos y como dice una gran maestra “dejarnos en paz” al dejar de intentar ser algo que esencialmente no somos.

Con la astrología entonces descubrimos que somos únicos e irrepetibles, pero no como una mera fórmula o frase hecha. Viendo nuestro mandala natal encontramos los potenciales, los desafíos, lo que hay que aceptar y dónde nos podemos transformar para manifestar ciertas cuestiones de la vida de una forma más saludable o armónica. En pocas palabras, nos vemos por dentro.

¿Qué puede entonces hacer por vos una Lectura de tu Carta Natal?

Acompañarte a conocerte suena trillado pero es la verdad. Desde pequeños nos solicitan con ahínco que seamos de determinadas maneras… funcionales a la sociedad. Y eso está muy bien. Pero en el proceso aprendemos nociones que no necesariamente son las que se ajustan a nuestra esencia.

Voy a contarte algo de mí para ejemplificarlo mejor: Desde pequeña quise ayudar al planeta y a las personas. Desde siempre. Yo veía que había sufrimiento en el mundo y deseaba con todo mi corazón poder ayudar a todos. Pero, por algún motivo no encontraba la forma de hacerlo. Sin hacer demasiado larga la historia, descubrí al conocer mi carta natal que en realidad mi tarea es más bien persona a persona… paso a paso. No una tarea global, sino algo mucho más personal y cercano. Hay quienes realizan una tarea transformadora en su familia, otros tienen la tarea de descubrirse a sí mismos. Y en esto que es una simple generalidad hay matices muy específicos…

Conocer tu Mandala Natal te permite:

  • Entender cuál es tu energía disponible,
  • En qué áreas de la vida debes trabajar más,
  • Cuáles son tus temas principales,
  • Lo que te acompaña como un aliado para resolver desafíos,
  • Lo que necesitas dejar de intentar cambiar
  • Aquello que sí puedes transformar.
  • Tus dones, talentos, potenciales
  • Y más… mucho más…

Y antes de despedirme quiero decirte que puedes leer tu carta natal muchísimas veces, por la misma persona o por varias diferentes y siempre encontrarán más información. Y si esa Carta se lee en relación a la Revolución Solar… boom! Es como tener un tesoro y un plan de acción para el año.

Cuéntanos tu experiencia: ¿Te leyeron tu carta? ¿Te gusta mirar sobre los tránsitos astrológicos?

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