Un Hilo Invisible by Tamara Gallegos

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agosto 13, 2019 By sindamel

Cuando te estás buscando, lo mejor es encontrar tu mapa. Hoy hablamos de Astrología Evolutiva

Amo la Astrología. Desde siempre. Me encanta. No los horóscopos del diario que son más
bien sospechosos y que mi madre me solía contar que en el periódico local, un
empleado sacaba de una caja las predicciones y así ponía las del día. Leyendo
lo que ponen y de forma repetitiva, yo creo que aún hoy lo siguen haciendo.
Pero eso no es Astrología.

Si existe un denominador común en la humanidad es que siempre hemos querido entender el mundo
que nos rodea y entendernos. Esa conexión que la Astrología encuentra entre las
estrellas y nuestra esencia, tal y como hoy podemos mirar en un microscopio y
luego mirar en un telescopio y descubrir que no se ve tan distinto el espacio
que habitamos… a mí me parece algo sublime.

Si miramos una carta natal, vemos esencialmente un mapa. Un mapa que nos dice muchísimas
cosas y que, más que limitarnos nos abre puertas. Es un mapa lleno de
posibilidades y de historias que van contándonos sobre nuestra propia vida y
los rumbos que tomamos para resolver las diferentes situaciones que se nos
presentan. Se pueden descubrir cosas en un mandala natal que nos enseñan a
transitar de otra manera la msma configuración energética, cuestiones que parecen
evidentes pero que la mente humana no cesa de transitar siempre un camino repetitivo
y siempre limitado a la misma reacción. Como si nos quedáramos sin opciones,
como si siempre tuviéramos que llorar porque tenemos mucha agua en nuestra
carta.

Por eso me encanta la Astrología, en especial las Cartas Natales y las Revoluciones
Solares (que son como el “regalo de cumpleaños cósmico” que indica la energía
del año a partir de tu cumpleaños, cada año). Allí podemos encontrar nuestros
tesoros ocultos y como dice una gran maestra “dejarnos en paz” al dejar de
intentar ser algo que esencialmente no somos.

Con la astrología entonces descubrimos que somos únicos e irrepetibles, pero no como
una mera fórmula o frase hecha. Viendo nuestro mandala natal encontramos los
potenciales, los desafíos, lo que hay que aceptar y dónde nos podemos
transformar para manifestar ciertas cuestiones de la vida de una forma más
saludable o armónica. En pocas palabras, nos vemos por dentro.

¿Qué puede entonces hacer por vos una Lectura de tu Carta Natal?

Acompañarte a conocerte suena trillado pero es la verdad. Desde pequeños nos solicitan con
ahínco que seamos de determinadas maneras… funcionales a la sociedad. Y eso
está muy bien. Pero en el proceso aprendemos nociones que no necesariamente son
las que se ajustan a nuestra esencia.

Voy a contarte algo de mí para ejemplificarlo mejor: Desde pequeña quise ayudar al
planeta y a las personas. Desde siempre. Yo veía que había sufrimiento en el
mundo y deseaba con todo mi corazón poder ayudar a todos. Pero, por algún
motivo no encontraba la forma de hacerlo. Sin hacer demasiado larga la
historia, descubrí al conocer mi carta natal que en realidad mi tarea es más
bien persona a persona… paso a paso. No una tarea global, sino algo mucho más
personal y cercano. Hay quienes realizan una tarea transformadora en su
familia, otros tienen la tarea de descubrirse a sí mismos. Y en esto que es una
simple generalidad hay matices muy específicos…

Conocer tu Mandala Natal te permite:

  • Entender cuál es tu energía disponible,
  • En qué áreas de la vida debes trabajar más,
  • Cuáles son tus temas principales,
  • Lo que te acompaña como un aliado para resolver desafíos,
  • Lo que necesitas dejar de intentar cambiar
  • Aquello que sí puedes transformar.
  • Tus dones, talentos, potenciales
  • Y más… mucho más…

Y antes de despedirme quiero decirte que puedes leer tu carta natal muchísimas veces, por
la misma persona o por varias diferentes y siempre encontrarán más información.
Y si esa Carta se lee en relación a la Revolución Solar… boom! Es como tener un
tesoro y un plan de acción para el año.

Contame tu experiencia: ¿Te leyeron tu carta? ¿Te gusta mirar sobre los tránsitos astrológicos?

No te olvides de revisar estos Combos Aniversario que incluyen sesiones de Lectura de tu Carta Natal.

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Tamara Gallegos

Soy una mujer, mamá, multitarea de 34 años que hace 10 años trabajo navegando en mi interior y soy la creadora de Un Hilo Invisible, 

Ayudo a almas rebeldes a desplegar su potencial espiritual, encontrando las herramientas más adecuadas para su ser, para que puedan vivir en perfecta sintonía con su Misión de Vida, y disfrutar de la felicidad que se merecen.

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Publicado en: Crecimiento Personal, Servicios Etiquetado como: carta natal

mayo 17, 2019 By sindamel

¿Es verdad que si no visualizas, no podrás leer Registros Akashicos?

Dime si te resulta familiar esta situación:

Vas a participar de una meditación guiada y cierras los ojos para seguir lo que te indica la persona que guía la meditación. Respiras, bien. Te relajas. Y todo se queda en negro. Escuchas lo que se va relatando e intentas seguirlo pero ninguna imagen acompaña las palabras… todo está en negro. Intentas imaginarte lo que se pide, construyes una imagen… con dificultad. Si en esa meditación hay algo que debas ver por ti misma, algo “libre” que debería aparecer, simplemente te quedas en blanco. No ves colores ni formas. Solo estas ahí. Cuando la meditación termina todas las personas a tu alrededor relatan haber visto cosas grandiosas… y te sientes frustrada y decepcionada porque tú no eres capaz de ver nada. Nunca.

¿Te ha sucedido algo similar?

Muchas personas altamente intuitivas y sensitivas me dicen con frecuencia que son incapaces de ver imágenes en sus meditaciones y canalizaciones. También personas que son altamente visuales son incapaces de visualizar en meditación. Entonces viene la duda: “¿seré capaz de ver si abro Registros Akashicos?”. Entonces sienten que no son capaces de percibir nada, y que por ejemplo: “Con Reiki es muy fácil porque la energía pasa y yo la puedo sentir, pero no soy capaz de abrir Registros Akashicos porque no veo nada”. Estas son las palabras de una alumna.

Entre la visualización y la percepción

Vengo sintiendo que es necesario e imperativo que se haga una distinción entre visualizar y percibir.

La visualización es una imagen construida a partir de una indicación: si te digo que cierres los ojos y visualices una cascada de luz, tu mente creará esa imagen. Con el tiempo y la práctica, tu mente se soltará de las “órdenes” y creará sus propias imágenes a la hora de percibir lo que está sucediendo, para darte una información que puedas interpretar fácilmente. Como lo que hace tu computadora al traducir los 1s y 0s en imagen legible a través de la pantalla. Esto es decodificación de información, aunque sólo es una parte de lo que llamamos “decodificación”.

La percepción es diferente. Es más sutil. Y no puedes evitar percibir, lo que ocurre por lo general es que no tienes ni la menor idea de lo que estás percibiendo y, como tu mente está programada para eliminar aquello que no puedes interpretar o que no es funcional a lo que estás haciendo en un determinado momento, lo descarta.

Por eso es fundamental la meditación y los momentos de introspección y atención plena al presente. Para que puedas percibirte y percibir todo lo que te rodea sin una intención específica. Esto te colabora a ser más receptiva e ir progresivamente sacando a tu mente de esa programación automática que acabo de mencionar.

Para seguir leyendo debes comprender que todo es energía. Puedes entender esta energía como pulsos lumínicos, ondas sonoras o vibracionales, un flujo constate de partícula o de cualquier otra forma… pero si entiendes que todo es energía y tú también, entenderás que no existe un real límite entre tú y el resto de las cosas. Es decir: no existe el contorno negro que nos enseñaban a dibujarle a las cosas cuando dibujábamos en primaria. (y con esto no quiero decir que no existan límites, más bien estoy diciendo que debes poner los propios pero de eso hablamos por aquí)

Todo el tiempo estamos recibiendo energía. Y también emitiendo energía. No toda la percibimos. Pero a medida que nos volvemos más sensibles a la energía, percibimos más claramente.

 Entonces quiero que quede claro que todos podemos percibir la energía que nos rodea. Y no todos podemos interpretar el significado de esa percepción. Esto es algo que se puede aprender, desarrollar la habilidad de decodificar la energía, en esa acción la energía se transforma en información. 

Pero esta decodificación de información, puede suceder por varias vías.

Mientras escribo estas líneas algo me susurra al oído que en realidad, estamos tan visualmente saturados en este plano que no queda margen para ser visuales en cuanto a la percepción de realidades sutiles se refiere.

Este es un tema que me parece fundamental porque muchas personas se autolimitan y se privan de vivir la experiencia de conectarse con su realidad profunda y sutil porque no pueden “visualizar” imágenes o seres de luz.

Por eso cuando alguien me dice: “Yo no puedo ver nada” lo primero que hago es comenzar a indagar en sus otros sentidos. En la mayoría de los casos la percepción está asociada a “ver” y se “pierden” de comprender los mensajes del resto del
cuerpo.

¿Cuál es el objetivo de leer Registros Akashicos?

El objetivo es sanar, conocerse más, volvernos más conscientes de nuestra propia esencia y posibilidades.

Y en realidad ese es el objetivo mismo de la espiritualidad, ser más uno mismo.

En ningún momento el objetivo es “ver cosas o seres”. Ese es un añadido que podría llamar anecdótico.

Muchas veces me preguntan en las sesiones, cómo son los guías de una persona. A veces ante esta pregunta aparece algo, o alguien. Muchas veces no. A veces escucho un nombre. Muchas veces no. Esto no cambia nada. Que no sepamos cómo luce nuestro guía o su nombre, no significa que no esté ahí esa energía. Sólo significa que debo romper barreras mentales para entender qué es esa energía realmente.

Aquellos que nos dedicamos a realizar lecturas de Registros Akashicos, que no es otra cosa que profundizar en la decodificación de la energía de otra persona con su expreso permiso, estamos navegando en energía que no conocemos. Y cuando lo hacemos podemos encontrar muchas cosas.

Una de las cosas que más me llaman la atención es que ninguna lectura es igual a otra. Así a veces comienzo a ver imágenes que se suceden una tras otra casi como una película en cámara rápida. Otras empiezo a sentir en el cuerpo diversas sensaciones que pueden ir desde el dolor físico repentino en por ejemplo un pie, a hormigueo, taquicardia, etc. A veces la sensación es que algo viene, como una nube negra o algún color que me aparece. En ocasiones puedo percibir ancestros presentes o escucho una voz que dice algún mensaje importante. Y así muchas cosas diferentes.

Pero te voy a contar que hace poco un par de personas me comentaron con tristeza: “yo no puedo ver imágenes cuando medito, no puedo abrir Registros Akashicos.”

Mi reacción, luego de una profunda respiración fue: WTF??????????? (sí, yo digo muchos improperios y mis ojos que ya son enormes se abren muuuucho ante tremendas aseveraciones limitantes del potencial humano)  

Porque mi experiencia es que depende de la persona, es como un encuentro entre dos realidades… la decodificación del mensaje se da en algún lugar intermedio donde estoy percibiendo la energía de esa persona y, la traduzco a un lenguaje que puedo interpretar, para devolverle a esa persona un mensaje que le sea claro y comprensible.

Por ello muchas veces de pronto me encuentro canalizando y todas las metáforas y ejemplos son del ámbito tecnológico. Yo no sé por qué. Por lo general no le pregunto a las personas NADA de sus vidas. Entonces alguien me dice: es que yo soy informático.

Con otra persona todo lo que viene es desde la astrología, seguro que está trabajando con ese conocimiento.

Otras veces siento físicamente un dolor, un síntoma y es justamente lo que la persona siente o lo que le sucede a alguien que le preocupa al consultante.

Es por estas vivencias que no puedo limitarme a creer que se puede leer Registros Akashicos sólo si “vemos” cosas.

Amplía tu percepción. Conócete. Pero más que nada… ábrete a percibir lo que llegue, de la forma que llegue. No tienes que entender qué es. El significado llegará en el momento adecuado.  

Cuéntame tu experiencia en los comentarios!

Tamara Gallegos

Soy una mujer, mamá, multitarea de 34 años que hace 10 años trabajo navegando en mi interior y soy la creadora de Un Hilo Invisible, 

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Publicado en: Reflexiones, Registros Akashicos Etiquetado como: intuición, visualizar

marzo 21, 2019 By sindamel

La Culpa del Ocio

¿Vieron esos momentos donde no querés hacer nada? Quizás leer o mirar una película, o boludear con el celu en las redes sin pensar en nada.

¿Y vieron esos momentos donde estas haciendo nada o ya hiciste nada y te asalta la culpa de la improductividad? Bueno, eso.

Cómo nos cuesta el ocio ¿verdad? Tenemos incrustada esa idea de que “tenemos que estar haciendo algo”. Sobre todo cuando somos SAHM (stay at home mom) y según la sociedad la tenemos fácil. Si estamos todo el día en casa. Si no tenemos que ir a trabajar. No tenemos que lidiar con el transporte, el jefe y las fechas límite. Claro. Ser una SAHM es un paseo por el parque, en un día soleado, sin mosquitos. JA!!

Entonces cuesta. Admitir que estamos desgastadas cuesta. Si amamos a nuestros hijos, ¿como vamos a estar cansadas de cuidarlos? ¿Como vamos a estar cansadas de cocinar, limpiar, lavar, ordenar, curar rodillas, soplar mocos, limpiar cacas, separar peleas, abrazar llantos, sosegar gritos, y todo lo innombrable e invisible que conlleva criar humanitos? Si todo eso es amor!! Bueno, no. Eso no es amor. Es trabajo no remunerado. Que lo hacemos por y con amor, pero eso es otro tema.

Yo hace un tiempo me propuse intentar resignificar el ocio. Darme lugar a no tener ganas de hacer nada. A tomarme un feriado. A dejar que la ropa quede sin guardar unos días o los platos sin lavar hasta la noche. No sentirme mal si los dejo mirar los dibujitos o jugar jueguitos para que me dejen hacer nada. Pero además, darme permiso de perderme un poco. De mirar tele, de scrolear instagram, de no darle mi atención a nada, ni pensar siquiera  al menos podria hacer un poco de yoga. No. Nada. Darle espacio a la nada, a veces, un rato; sin sentirme mal durante ni después.

Y lo que me ha pasado, es que esos momentos de nada, a veces (y si no, no importa) terminan siendo reveladores. Se me ocurre una idea para escribir. O resuelvo sin querer un problema en el que ni siquiera estaba pensando. O simplemente me río, me despejo, me reincorporo como si hubieran sido unas mini vacaciones. Porque lo son. Para nuestra mente. Y el cansancio mental, el desgaste mental que tenemos las SAHM es enorme.

De mas joven, antes de tener hijos, trabajaba fuera y estudiaba una carrera (varias carreras, ningún titulo). Me levantaba a las 7 am. Pasaba el día fuera de mi casa, 8/9 hs en el trabajo y el resto en la facultad, donde cursaba hasta las 22 o 23hs. Los días que no cursaba tenia que leer, resumir y estudiar. Así y todo, estaba menos cansada, menos agotada y menos desgastada que ahora. Claro, mi trabajo ahora tiene la cualidad de ser de vida o muerte. Y de no tener horario de finalización. Ni fines de semana. Ni feriados. Ni siquiera hora de almuerzo.

Validemos necesitar el descanso. Validemos necesitar no hacer nada. Validemos escucharnos sin culpas. Y abracemos el espacio seguro que podamos crear para nosotras mismas.

Un abrazo

Emme

Difícil hacer un párrafo contando quien soy. 35 años y aun no lo tengo muy claro.

Soy una mujer, madre de 2 niños, y una niña. Escribo desde que tengo memoria, me resulta una forma más natural para mí de expresarme.

Vengo transitando desde hace varios años un camino de crecimiento que me hizo hacer varios cambios en mi vida. Y siempre tuve ganas de compartir mis experiencias, creyendo que de esa manera podría hacer sentir menos solas a personas que pasaran por cosas similares. Bueno, ahora me estoy animando.
Creo que esa es mi misión en este mundo, el acompañar. El escuchar. De alguna manera siento que escribiendo estoy haciendo eso a aquellos que pasan por lo mismo pero no tienen a quien contárselo. Bueno, yo en algún nivel te he escuchado y en mis palabras está la prueba. Así como yo escribo, te incentivo a que me escribas. Yo estoy acá: emmelunar@gmail.com

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Publicado en: La Columna de Emme Etiquetado como: culpa, felicidad, maternidad

marzo 19, 2019 By sindamel

El genio de la lámpara y lo genuino

El genio de la lámpara y lo genuino…

Yo soy una newager en proceso de recuperación. Cuando comencé a encontrar este camino, lo hice a través de la película que casi todo el mundo vio “El Secreto”. Esa es para mi una clara muestra de la espiritualidad new age: esa espiritualidad basada en resultados, en modelar el mundo al propio gusto y antojo, que el universo sea bonito porque así lo queremos.

Pero si te quedas lo suficiente en ese camino te das cuenta de que hay mucho más. De que puedes pedirle un millón de dólares al universo durante un siglo sin recibirlo, a menos que empieces a hacerte consciente de tus propias limitaciones internas.

Últimamente, desde la espiritualidad y la psicología y diversas corrientes de pensamientos se condena a la ola new age por ser positiva negando procesos, olvidándose de el millón de cosas que interfieren o que quizás simplemente están ahí y te hacen diferente… cuando esa mirada new age parece dar una fórmula mágica que si la aplicas, pum, tienes la vida de tus sueños como si esa fórmula fuera el genio de la lámpara.

Y no, no funciona así.

A mi me encantan las historias de magia y milagros como a cualquiera, pero soy consciente de que le puedo pedir al universo ir a la luna todos los días y no me voy a convertir en astronauta jamás.

Sin embargo, miles de personas en el mundo comenzaron a descubrir la espiritualidad real a partir del pensamiento positivo y demás cuestiones New Age.

Dicho de otra manera; miles de personas empezaron a descubrirse a sí mismas gracias a esto.

Y me parece muy valioso.

Habrá miles que esperaban un resultado concreto, porque hemos sido educados para esperar resultados idénticos y replicables en la vida… aunque cada uno de nosotros sea único e irrepetible. Esas personas seguro se decepcionaron mucho y está bien. Es más sano desde mi humilde punto de vista decepcionarse, que vivir en la perdonen la expresión “burbuja de pedos” neptuniana de que la realidad debe ser la utopía que me imagino.

Entonces yo le agradezco mucho a la new age, porque puso en el foco de muchas personas que tienen el PODER de cambiar sus vidas si se hacen RESPONSABLES de aquello que están creando.

Si estás leyendo esto es porque seguramente descubriste que esa responsabilidad de la que hablo es sólo una consecuencia de muchos factores, profundos e inconscientes que no podemos siquiera nombrar… que no nos atrevemos a observar. Son cuestiones que están en esa habitación llena de trastes que jamás quieres abrir… porque están todas las cosas viejas, olvidadas, rotas, que no te gustan y que preferirías olvidar.

Y sí, TODOS tenemos la habitación de los trastes. Algunos con más cerrojos que otros, pero ahí está en algún lugar interno… y con la inoportuna costumbre de abrirse en el momento menos indicado para la comodidad de nuestro ego.

Yo creo que todo es valioso si aprendemos sus lecciones y también he ido comprendiendo que hay cosas que necesitamos experimentar y transitar, inclusive vivir un rato en las nubes de pedos que nos creamos… para aprender a vivir en este mundo, y también aceptar nuestro camino.

Ojo, aceptar el propio camino no significa que tengas un destino escrito por algún ser que disfruta verte sufrir… significa que viniste a este lugar perdido del universo con una intención… y no puedes ser pera si ya eres manzana, asi que deja de pelear con tu naturaleza y aceptate.

La verdadera espiritualidad es caminar la propia casa interior y descubrir qué forma darle… con la libertad de que hay muchas maneras, pero con la certeza de que hagas lo que hagas, te conducirá siempre de vuelta a tu camino si te “desvías.”

De hecho, la verdadera espiritualidad es un camino de auto consciencia, de exploración personal… no te pide que seas feliz, ni depresivo, ni se te pide que seas nada en particular… solamente que descubras quién eres y vivas con ello de la mejor manera. Y si no te gusta, pues hay cosas donde puedes cambiar, mejorar… explorar otros caminos.

La espiritualidad genuina te ayuda a descubrir que no eres un ser independiente y aislado de los demás, pero también te enseña a ser tú dentro de la comunidad de almas.

Hay miles de maneras de abordar la espiritualidad, de abordar el inconsciente y lo profundo de un ser humano y su alma… hay tantas maneras que van desde lo físico hasta lo etérico… y es que somos tan únicos, irrepetibles… que cada cual ha de encontrar su propia alquimia.

Entonces en resumen esto es lo que yo descubrí cuando se reventó mi nube: No queda otra que probar, intentar, ver que sirve para mi en este momento y que ya no… consciente de que mañana puedo necesitar otra cosa, y así está bien.

Así que ya deja de esperar fórmulas perfectas, ya deja de aplicar fórmulas como dogmas… intenta, prueba, muévete… y cuando ya no te sirva, empieza de nuevo.

Esto es espiritualidad. Esto es, en definitiva, VIVIR.

 

Tamara Gallegos

Soy una mujer, mamá, multitarea que hace años trabajo navegando en mi interior y soy la creadora de este Blog.

Ayudo a almas rebeldes a desplegar su potencial espiritual, encontrando las herramientas más adecuadas para su ser, para que puedan vivir en perfecta sintonía con su Misión de Vida, y disfrutar de la felicidad que se merecen.

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Publicado en: Crecimiento Personal Etiquetado como: consciencia, espiritualidad, new age

marzo 12, 2019 By sindamel

El top 10 de errores que cometí al comenzar a ser terapeuta holística

Cuando me inicié como terapeuta, fue casi sin darme cuenta. Fue porque aprendí a hacer Reiki y en ese momento cuando me iniciaba supe que quería hacerlo siempre. Así que me formé como Maestra de Reiki. Y comencé a dar cursos colaborando con mi maestra. Fue una experiencia fructífera para mí que me enseñó mucho. Y luego me tuve que lanzar sola… y fue un gran desafío. Lo que yo tenía en esos momentos era, ante todo, buena voluntad y un amor inmenso que nunca antes había experimentado. Con el tiempo fui descubriendo que eso no era suficiente, aunque sea totalmente necesario. Desde entonces he aprendido mucho de muchos maestros, pero especialmente de mi misma.

Para empezar con esta nueva sección que ya te conté por qué se llama URDIMBRE, quiero entonces compartirte 10 errores que cometí como terapeuta y que no colaboran para nada a ayudar a los demás.

Aunque considero que son errores, porque nos alejan de cumplir con el objetivo de ayudar a alguien que nos necesita, también sé que son situaciones que es necesario vivir para aprender y crecer.

  • Creer que se más que otros. Ego espiritual.

Tantas veces me “mimeticé” con lo que estaba aprendiendo, creyendo que eso era lo mejor y que yo me tenía que convertir en la mejor en eso…

Esto es algo que he notado en muchos ámbitos: aprendes algo y empiezas a creer que eres el mejor, incluso más dotado que el maestro que desarrolló la técnica. Falacias. Es el ego que crece… y la vida te hará volver a tu lugar con una gran dosis de humildad.

Tú eres excelente, de eso no tengo dudas. Lo que tienes para decir es único, imprescindible, tampoco tengo dudas de ello. El pequeño detalle es que esas palabras aplican a cada ser humano que pisa la tierra.

  • Hacerme amiga de mis consultantes

A veces, debo decirlo, el camino espiritual es muy solitario… y un poco de compañía es agradable. Porque nos vamos despojando de todas las personas que nos rodean y no comprenden nuestro camino, y hemos aprendido que estar solo es la muerte, por lo que buscamos un poco de apoyo…

Definitivamente esa amistad NO viene de aquellos a los que ayudas porque este es un desorden que luego pagas muy caro. Aprender a mantener la distancia saludable entre consultante y terapeuta te permite ayudar a ese ser.

Cuando llegue el momento encontrarás tu manada. No tengo dudas de ello. Confía, espera y sigue haciendo tu trabajo.

  • No tener horarios, ni saber poner límites

Es fácil que se pierdan los límites. Porque las personas necesitan ayuda y la piden a cualquier hora. Porque la urgencia de ayudar es más grande que los límites que tenemos que poner. Porque los procesos personales no esperan hasta el lunes por la mañana.

Yo no tenía horarios ni sabía decir que no. Cambiando planes, a veces se superponían sesiones con actividades familiares… un desorden producto de mi propio desorden interno, claro. Así que empecé a poner orden. A usar agenda, calendario, organizadores. Porque a veces parecía que el tiempo tenía que extenderse como chicle. Y no, eso no sucede así en este plano.

Cuando se pierden los límites, nos desnutrimos. Por eso es importante tener horarios y saber decir que NO cuando nuestra energía personal no puede afrontar a otra energía y necesita recuperarse.

Es muy lindo ayudar a otros, pero sólo es posible hacerlo cuando estamos en nuestro centro y capacidad de ayudar. Por eso: dedica tiempo a conocer tus limites, tu energía, y a recargarte.

  • Esperar que las personas confíen en mi porque soy buena persona.

Yo sé que soy una buena persona y hago mi mejor esfuerzo por seguir creciendo. Pero eso solo lo sé yo. Y mi marido. Y mi papá y también lo sabía mi mamá. No es suficiente para que alguien que requiere mi ayuda confíe en mí. Por eso hay que contar lo que se hace, cómo, donde, qué se ha aprendido…

Tienes que vibrar, saber quién eres. No basta con querer ser buena persona y dar lo mejor de ti, es necesario que seas consciente de toda la energía que tú eres. Eso es lo que en definitiva se irradia… por eso, contarle a otros lo que haces, cómo y por qué, no es tanto para que los demás sepan quién eres… sino para que tú te reconozcas y no te pierdas de vista.

Algunas personas simplemente resonarán contigo. Algunas más llegarán a ti por el famoso boca a boca. Otras, la mayoría, necesitarán que les expliques quién eres, qué haces, cómo lo haces. Y habrá otras que nunca creerán en ti por las mismas razones por las que otros te eligen.

  • El Desequilibrio entre el dar y el recibir: Dar más de lo que recibo.

Cuando empecé tenía un serio conflicto con el hecho de cobrar. Nunca antes había trabajado con algo intangible como la energía… así que comencé a impartir talleres con contribución voluntaria.

Los hacía con infinito amor, pero me llevaban un esfuerzo energético enorme que luego me costaba recuperarme. Si haces terapias alternativas o tradicionales, sabes que estar con otra persona y darle tu atención plena requiere luego una acción de reequilibrio para volver a tu centro y a tu energía.

Una vez alguien me pagó $12 (doce pesos) por un curso. Hoy serían unos 30 centavos de dólar. Ese día me di cuenta de que había trabajado 4 hs para que alguien lo valorara de esa manera. Y comencé a poner precio a mi trabajo. Con miedo y con incertidumbre. Cobraba muy poco, casi simbólico, pero de ahí pude empezar a darme cuenta de que: A menos que comas aire y te vista el viento, no puedes  regalar tu trabajo. Si para ti no tiene valor, mucho menos lo tendrá para los demás.

Lo espiritual no es gratis. La vida no es gratis. La vida es un regalo, pero gratis no es. Si tú te formas para ayudar a otros y eres responsable en tu trabajo. No lo regalas.

                Y aquí hay un asunto particular: muchos creen que la energía no se cobra. Y no, claro que no cobras la energía. Tu cobras por tu tiempo, tu dedicación, porque has aprendido algo para estar ahí, porque es tu trabajo. Casualmente esas cuestiones que menciono también son energía.  Tú no has hecho (y por favor no lo hagas) un voto de pobreza para dedicarte a lo que haces.            Si, puede que regales alguna sesión o alguna terapia o que vayas a hacer Reiki a los hospitales… pero TU eliges a quien no cobrarle y dónde regalar tu trabajo; es tu elección.

                Este es un tema extenso del que hablaré luego, pero te digo un principio guía: debe haber un equilibrio entre lo que das y lo que recibes… si ese equilibrio no existe, entonces, tú te desvitalizas y quien recibe de ti tampoco puede tomar lo que le das. Mejor, cobra.

Sé que es un tema polémico, pero es fundamental. Sin energía (sea dinero, alimento, vitalidad) te conviertes en un indigente energético… que necesita que otros le den lo que no puede darse… entonces… ¿cómo podrías ayudar a otros?

  • Dar ayuda sin que me lo pidan

                Esto fue lo más difícil de aprender. Yo quería ayudar y me encanta ayudar. Pero hay gente a la que le importa tres pepinos que tenga la respuesta a sus problemas, por diversas razones que en definitiva no son mi asunto. Aprender a ofrecer ayuda y no insistir… fue algo que me costó años.  

Si no te piden ayuda. No ayudes. “Pero la persona está enterrada en el suelo.” “Se ahoga.”

Si. Pero le dices: “agarra mi mano y te ayudo a salir”

Y dice: “no, está bien, lo hago solo.”

OK. Fin del tema.

No puedes ayudar a alguien que NO quiere recibir tu ayuda.

A veces detectamos a alguien que realmente necesita nuestra terapia y no le dejamos ir hasta que acepta tomarla. Esto no sirve en ningún ámbito. Pero mucho menos cuando se trata de trabajar con almas.

Ayudar es una habilidad que se aprende, y es muy placentero. Pero la verdadera ayuda se da a quienes lo necesitan y están realmente en disponibilidad de recibir ayuda. Hacerlo de otra manera es una arrogancia… y sé que suena duro pero no se puede ayudar a quien no quiere ser ayudado. Es como venderle un peine a alguien que no tiene pelo.

Por lo cual ir por las redes sociales, grupos, etc, mirando a ver quién necesita de ti… no. Mejor trabaja para que quienes resuenen y necesiten lo que haces, puedan encontrarte.

  • Dedicarme poco tiempo a mí para crecer

Como ya te conté mi desbalance de dinero, esta era la consecuencia: no tenía ni tiempo ni cómo sostener la ayuda que yo necesitaba para seguir nutriéndome… sea con cursos o sesiones individuales.

Va la regla para este punto: Nadie puede dar lo que no tiene.

Si no te aplicas tus propias técnicas o vas a recibirlas de alguien más, no harás demasiado… porque llegará un momento donde no tendrás más para dar. Otra vez, desnutrición e indigencia energética. No llegues a esto: ámate tanto pero tanto que sólo quieras dar amor a todos.

  • Esperar aprobación externa en lugar de hacer mi camino personal

Estamos programadas y acostumbradas a que afuera está la respuesta y confirmación de lo que somos. Muchas veces me sentí que no podía hacer algo, porque no era suficientemente experta en hacerlo.

Esto siempre sucede cuando no estamos seguras de nuestra capacidad. Es normal al dar los primeros pasos. Incluso, es preferible tener dudas y consultar pero que eso jamás te detenga para hacerlo. Recuerda siempre: Hecho es mejor que perfecto, como me enseñó un gran maestro.

                Esto también significa que no puedes esperar a saberlo todo para ponerte en acción. Ve haciendo e irás aprendiendo. La vida no se trata de evitar cometer errores, la vida es un camino que sólo tú puedes recorrer.

  • Hablar todo el tiempo de lo que hago sin que nadie me pregunte

                El síndrome de la oreja agotada. Yo en un momento quería que todos supieran lo que me había cambiado la vida. Porque al fin me encontraba a gusto en el mundo… claro, no pensé que los demás ya estaban a gusto en sus vidas como eran… y no tenían por qué cambiar o encontrar sentido a mis palabras.

Entonces sucede que le hablas tanto a la gente de lo que haces que lo prueban, no por convicción sino para ver si de una buena vez te callas. Quizás le hace bien y realmente necesita lo que haces. Pero no necesitas perseguir a las personas, ni agotarlas a menos que realmente les interese. Además en esta situación corres un riesgo extra que es terminar dando tu trabajo de forma gratuita… porque para que tomen la sesión les das una muestra… olvidando por completo el punto número 5.

  • Repetir lo que me enseñaron como un dogma

Cuando por fin encontré mi camino me llené de vida, de alegría, quería que todos vivieran como yo… como te conté antes… agoté a todo el mundo hablándole de mis descubrimientos. Mirándolo en perspectiva muchas amistades habrán pensado que yo había finalmente enloquecido, pero me querían mucho para decírmelo. Yo estaba en una misión evangelizadora en la que quería conquistar a todos para que pensaran lo mismo que yo.

Luego me relajé (por suerte) y fui entendiendo que en realidad se trata de que encontremos aquello que nos vibra y nos hace bien, en cada etapa de la vida… y poder respetar a los demás en sus ideas y creencias, sin juzgar y sin comentarios del tipo “aunque esas creencias le produzcan tal o cual cosa”… todo camino es perfecto, aun cuando sea totalmente diferente al nuestro.

Por otro lado, creo que debemos respetar las enseñanzas de nuestros maestros pero también las debemos superar cuando llega el momento. No hay una única manera de interpretar la realidad, y si bien hay “leyes universales”, hay tantas formas de vivir de acuerdo a ellas casi como seres humanos en el mundo.

Hay momentos donde no resuena más cierta manera de hacer las cosas y sentimos que hay algo más… no hay que atarse a nada, pues la energía misma va cambiando. Animate a dar un paso, a explorar fuera de los límites marcados… lo peor que puede pasar es que no sea la mejor forma y solo debas volver sobre tus pasos.

Respeta a tus maestros y respeta también tu propia maestría.

Ahora es tu turno… ¿Cuáles fueron tus errores? ¿Te has reconocido en alguno de los que mencioné? ¿Se te ocurren otros? ¿Encontraste terapeutas en tu camino que cometieron esos errores contigo?

Te leo en los comentarios!

Tamara Gallegos

Soy una mujer, mamá, multitarea que hace años trabajo navegando en mi interior y soy la creadora de este Blog.

Ayudo a almas rebeldes a desplegar su potencial espiritual, encontrando las herramientas más adecuadas para su ser, para que puedan vivir en perfecta sintonía con su Misión de Vida, y disfrutar de la felicidad que se merecen.

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Publicado en: Urdimbre Etiquetado como: ayuda, espiritualidad

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