El arte de ayudar a otros

Esta nota del día de hoy está dedicada a todas esas bondadosas almas que día a día escuchan, contienen, sanan, colaboran, guían y en definitiva sirven a otras almas para que encuentren su camino.

Es dedicada a quienes hacen del oficio de ayudar, su profesión y forma de vida.

Y quiero ante todo, decirte que eso que haces es un Arte. Porque en tu tarea de ayudar a otros, transformas las almas para que encuentren su propia luz.

Y esta es una labor sagrada, como todo arte lo es.

Sin embargo, en la tarea de ayudar a otros, muchas veces el que ayuda se excede en su función, y deja de ser un medio para convertirse en fin.

Nadie nos necesita

Es importante tenerlo siempre presente. Nadie necesita al ayudador. Lo que necesita es algo más grande que aquel que ayuda.

La persona que ayuda es un medio, un canal, un alma al servicio de algo más grande.

Quien recibe la ayuda de esta manera, no necesita al ayudador, lo que necesita es el resultado de la ayuda.

Desde el punto de vista de constelaciones familiares, a sus padres y la sintonía con los ancestros, desde donde proviene la vida.

Desde el punto de vista espiritual, el ayudado necesita encontrarse  si mismo, re-unirse con la plenitud de su alma o su Ser Superior.

En ambos casos, necesita algo más grande. Pero nunca al que ayuda. Éste es solo un medio.

Entonces esta es la lección de humildad: nadie necesita al ayudador, lo que necesita es la sintonía del ayudador con algo más grande… eso que toda alma busca.

Ya me has entendido. Nadie en última instancia necesita al que ayuda. Pero en principio si, como un medio. Tener presente esto te ayudará a enfocarte y mantenerte en el lugar que te corresponde.

Quien se sale de su lugar, no cumple su función

No puede realizar su tarea aquel que pretende ayudar fuera de sus límites. Aquel que se olvida lo que debe hacer.

¿Cómo darse cuenta de que te has excedido, salido de tus límites de ayuda?

Lo que viene lo reconocerás fácilmente.

  • Cuando empiezas a buscar a la gente, te excedes.
  • Cuando le dices a alguien lo que debe hacer, es un exceso.
  • Cuando ayudas sin que te lo pidan, te excedes.
  • Cuando crees saber más que su alma, caes en la arrogancia.
  • Cuando te conviertes en cómplice o amigo, la ayuda terapéutica acaba
  • Cuando has dado todo lo que podías dar, y te exigen más, y das, los límites se han perdido.

Este arte, el arte de ayudar, requiere de la humildad para decir: no puedo hacer esto.

Es duro.

Muchos de nosotros, más de una vez, hemos salido a dar consejos a quien no los pidió, o pretender ofrecer la ayuda a quién no siente necesitarla.

Esa urgencia de ayudar muestra que no estamos en el propio centro.

¿Por qué?

Porque quien necesita ayuda, la busca.

Y si no la busca, es por algo. Algo debe aprender, soltar, observar, reconocer.

No es tu asunto. Solo puedes ayudar a quien realmente desea tu ayuda.

hellinger ciencia

Esto también es importante. Hoy en día, gracias a nuestro momento evolutivo, hay muchas almas colaborando con otras. Hay muchas opciones!

Y esto significa que quien busca ayuda, puede elegir. Y debe hacerlo.

Y si no se siente cómoda con quien le ayuda, esa alma puede encontrar a otra. O si ya cumplió el proceso con una persona, puede continuar con otra.

Y hay que dejar que cada persona se vaya. Porque ya tomó lo que necesitaba, y significa que le diste lo que podías darle. Entonces no caes en el exceso de dar más de lo que puedes, y que te exijan más de lo dado.

Equilibrio y consciencia. Y todos felices, creciendo y compartiendo en armonía.

En la imagen puedes ver los ordenes de la ayuda según la Hellinger sciencia. Una guía amorosa y constante en este asunto. Todo lo que has leído se relaciona a estos órdenes.

Tu tarea, alma guía, es mostrar el camino. Es que el alma que solicita tu ayuda descubra cómo seguir su senda… esa que ya había elegido aún antes de nacer…

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