Una sugerencia para las afirmaciones:
Hazlas a diario, pero anótalas también en un papel. Guárdalas en una caja o sobre.
Y cuando sientas que se ha sanado o restaurado la armonía allí donde querías trabajar tus afirmaciones, puedes desechar el papel.
Pero sólo deséchalo cuando sientas que el lazo emocional o mental que querías sanar, lo ha hecho.
¿Cómo lo sabes?
Si al leer la afirmación, la sientes como una verdad y no vienen a ti los recuerdos de la desarmonía, es que vibra ya en ti.