Gracias por la belleza y la capacidad de sentirla. Gracias por el cuerpo y la perfección de su diseño y funcionamiento, portador de vida y de secretos que necesitamos descubrir para ampliar la conciencia.
Gracias por el corazón, el cerebro, los ojos, la piel, los oídos.
Gracias por las manos que encienden el fuego y trabajan, gracias por las montañas, por la selva, por el desierto y las planicies.
Gracias por los ríos, los arroyos, el mar.
Gracias por las piedras y los cristales. Gracias por los árboles. Gracias por el cielo que vemos desde la tierra, en las noches y en los días.
Gracias por el fuego que enciende el tabaco, medicina que alinea el pensamiento y la palabra.
Gracias por sentir la necesidad de agradecer y darnos cuenta de que esa vibración es sanadora.
Gracias por el conocimiento que heredamos de los antepasados, que es el que nos guía para caminar y volar, cuidando la vida para las futuras generaciones.
ABUELO TOOJ